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Argentina

El peso se aprecia el 7% tras intervenir el Banco Central

El peso argentino aguantó el tipo en la primera jornada del mercado de cambios tras una semana de cierre. Aunque se desconoce el montante, el Banco Central intervino para sostener la moneda, que cotizaba a 2,9 unidades por dólar frente a las 3,12 del viernes 19, una apreciación del 7%. El nuevo ministro de Economía, Roberto Lavagna, presentará en tres días un nuevo plan de canje de bonos por depósitos bancarios para terminar con el corralito. EE UU insiste en que Argentina haga caso al FMI.

La crisis económica de Argentina sigue sin aclararse y adoptar un rumbo definido. Tras la asunción del nuevo ministro de Economía, lo ocurrido ayer se parece como dos gotas de agua a lo ocurrido cuando, en febrero, se dejó flotar libremente al peso. La moneda, como entonces, ha vuelto a apreciarse en su primera jornada.

Esto ha sido posible por tres factores: liquidación de los dólares en poder del sector exportador, la ley que impide retirar depósitos de los bancos sin sentencia firme de la Corte Suprema y una significativa intervención de la autoridad monetaria.

Sobre esta base, Lavagna está decidido a instrumentar nuevamente, por la vía del decreto de necesidad y urgencia y sin pasar por el Parlamento, una versión remozada del Plan Bono. En su nueva redacción, poco diferenciada en realidad de la que intentó infructuosamente llevar a cabo el anterior ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se compromete a los bancos a garantizar el 10% de los bonos que recibirán los ahorradores a cambio de sus depósitos. Ese decreto, que deberá firmar Duhalde y que una vez en vigor pasará a consideración del Parlamento, le permitirá a los bancos devolver compulsivamente los plazos fijos y ofrecer a los tenedores de cuentas corrientes y de ahorro la posibilidad de tomar esos bonos, sin obligarlos a ello como en el primer caso.

Además de esta vía de liquidación del corralito, las otras urgencias de Lavagna son la derogación de las Leyes de Quiebra y de Subversión Económica. Y evitar que la inflación lleve al desastre a quienes tomaron créditos. Esta agenda no es otra que la preparada por el dimisionario Remes. Y las declaraciones de ayer de la consejera de Seguridad estadounidense, Condoleezza Rice, son también idénticas a las permanentes advertencias y consejo del secretario del Tesoro, Paul O'Neill, o del director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler. 'Si ellos pueden hacer las cosas que el FMI está pidiendo que hagan, creemos que pueden encontrar el camino hacia el crecimiento sostenible', dijo.

Mientras las intenciones del Gobierno argentino se repiten como si no hubiera habido cambio de ministro, y los consejos de Washington casi parecen calcados, la crisis política y social avanza sin cesar en el país suramericano. Ayer, la ciudad de San Juan, a unos 900 kilómetros de Buenos Aires, continuaba con sus edificios públicos ocupados por los funcionarios, que insisten en cobrar sus salarios atrasados.

En diversas provincias están paralizadas las actividades administrativas, municipales y educativas, al tiempo que los parados, organizados en piquetes, cortan carreteras y se manifiestan por las calles reclamando el pago de salarios o de ayudas estatales. Mañana, 1 de mayo, Buenos Aires será escenario de cuatro actos convocados por distintos partidos de izquierda, organizaciones de parados y asambleas vecinales y populares, junto con la Madres de Plaza de Mayo.

La desazón popular por el fracaso que, hasta el momento, ha cosechado Duhalde en sus políticas frente a la crisis, está haciendo crecer el sentimiento de que es necesario convocar a elecciones. Incluso empiezan a aparecer cada vez más encuestas sobre las posibilidades de los supuestos candidatos que se presentarían para reemplazar al actual presidente.

En la provincia de San Juan, uno de los epicentros de las protestas populares, el gobernador Alfredo Avelín ya decidió dar un paso adelante y ayer anunció un llamamiento a elecciones provinciales para el 4 de agosto. Sin embargo, algunos observadores se preguntan si esta convocatoria servirá para algo, ya que el mes de agosto está muy lejos para los habitantes de esa provincia que no consiguen cobrar sus salarios y apelan a medidas de acción directa para que se les escuche. Si Lavagna no ofrece soluciones en pocas semanas, la crisis de San Juan podría ser el espejo en el que podría mirarse Duhalde.

Brasil también mira con temor. El presidente del Banco Central, Arminio Fraga, aseguró ayer que la primera economía suramericana no está inmune a la crisis argentina.

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