Los ingresos tributarios resisten el menor vigor del PIB y crecen el 6,8% hasta marzo
Los ingresos tributarios han afrontado los primeros tres meses del año algo mejor de lo que se preveía inicialmente, en un entorno de desaceleración económica internacional. Cuando aún no se tienen datos oficiales sobre el crecimiento real de la economía española en el primer trimestre (el Instituto Nacional de Estadística publicará las cifras en mayo), la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), dependiente del Ministerio de Hacienda, hizo público ayer la evolución de la ejecución presupuestaria hasta marzo.
Para que los datos se puedan comparar con los del año anterior, en el que estaba vigente el anterior modelo de financiación autonómica, Hacienda se ha visto obligada a calcular los ingresos del Estado y de las comunidades por separado y ofrecer el dato agregado de las dos Administraciones al mismo tiempo.
La razón se encuentra en que a partir de este año las comunidades autónomas cuentan con ingresos adicionales a los que tenían hasta diciembre. Entre ellos se encuentran la cesión del 33% del IRPF (hasta el 2001 era el 15%), el 35% del IVA, el 40% del impuesto sobre hidrocarburos y el 100% de gran parte del resto de impuestos especiales.
Hecha esta salvedad, destaca, básicamente, el crecimiento del 6,8% de los ingresos tributarios (suma de tributos directos e indirectos), en términos homogéneos sobre la recaudación del primer trimestre de 2001. Los ingresos no financieros (suma de tributos, transferencias corrientes e ingresos patrimoniales) mantuvieron un tono similar, con un crecimiento del 6,7%.
La evolución no ha sido similar en todos los tributos. El que más ha acusado el menor vigor de la economía ha sido el IRPF, cuya recaudación sólo se ha elevado un 4,2%, hasta alcanzar 11.930 millones de euros (incluida la participación del 33% de las comunidades autónomas). Esta tasa está muy lejos del 11% al que crecía este mismo impuesto hace justo un año. En su conjunto, los impuestos directos mantienen una velocidad de crucero del 5,9%, por debajo del 9% del primer trimestre de 2001.
En el caso de los tributos indirectos, la evolución ha sido muy pareja a la de hace un año. Los ingresos por IVA han crecido en el trimestre un 8,7%, ligeramente por encima del 8,5% de hace 12 meses. En este tributo destaca el diferente comportamiento de los ingresos ligados a importaciones (caen un 2,5%) del de las operaciones interiores (crecen un 12%), que han experimentado un marcado dinamismo.
Los tributos especiales, por su parte, se han caracterizado por una senda de crecimiento moderada (4,8%), con diferencias entre unos y otros. En el caso del tributo que grava la cerveza, su recaudación ha caído un 4,2% hasta marzo, acusando el llamado efecto acaparamiento, producido a finales de año por los empresarios del sector servicios, una vez que el Gobierno anunciara una subida del tipo de gravamen, que entró en vigor a comienzos de 2002.
Evolución de los pagos
Por otra parte, los pagos del Estado cayeron en el primer trimestre un 15,8%, hasta 30.794 millones de euros. Sin embargo, esta cifra no es comparable con la del año anterior, ya que está influida por la incorporación del nuevo modelo de financiación autonómica y el traspaso de las competencias sanitarias.
De la evolución de los ingresos y pagos hasta marzo resulta un déficit de caja del Estado de 2.846 millones de euros, inferior a los 5.573 millones de euros del mismo periodo del año anterior. Esta diferencia está influida, sobre todo, por la ausencia del periodo de ampliación en los pagos (éstos se acumularon en diciembre de 2001) y por el diferente calendario de pagos de los intereses de la deuda pública. En términos de contabilidad nacional (criterio que utiliza Eurostat, por el que se computan los ingresos y gastos cuando son devengados, con independencia de cuando se notifican en caja), el Estado obtuvo un superávit hasta marzo de 3.666 millones de euros, el 0,53% del PIB, por encima del 0,1% acumulado en el año anterior.
Esta mejora se debe, en parte, al efecto distorsionador que tiene el traspaso parcial de las competencias sanitarias a las comunidades autónomas sobre el gasto del Estado.
La distorsión se prolongará en los próximos meses, ya que las comunidades tienen una periodo transitorio que durará hasta junio para ir asumiendo la gestión sanitaria. Por esta razón, habrá que esperar hasta la segunda mitad del ejercicio para que las cifras de ejecución presupuestaria sean representativas. Mientras tanto, sólo queda comparar la evolución de ingresos, que Hacienda está ofreciendo en términos homogéneos.
A pesar de estos matices, el Gobierno se muestra optimista sobre la evolución futura de la recaudación. La secretaria de Estado de Presupuestos, Elvira Rodríguez, señaló ayer que los datos del primer trimestre del año van en la línea de lo estimado por el Ejecutivo. 'Mantenemos el objetivo de alcanzar por segundo año el equilibrio fiscal entre ingresos y gastos para el conjunto de las Administraciones públicas', dijo.
Mientras tanto, el Tribunal Constitucional admitió ayer a trámite los recursos presentados por Cataluña y Asturias contra la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que obliga a las Administraciones autonómicas a mantenerse en equilibrio fiscal. Estos Gobiernos regionales estiman que la norma limita su autonomía financiera.