Arafat y Sharon aceptan una propuesta de Bush para liberar al líder palestino
El confinamiento del líder palestino, Yasir Arafat, parece llegar a su fin después de que ayer tanto él mismo como el primer ministro israelí, Ariel Sharon, aceptaran la propuesta del presidente de EE UU, George Bush, de poner bajo custodia internacional a los sospechosos de haber asesinado al ministro israelí de Turismo, Rejavam Zeevi.
Israel ha condicionado la libertad de Arafat, bajo arresto en la ciudad cisjordana de Ramala, a la entrega de los sospechosos, a los que un tribunal palestino ya declaró culpables.
Según la propuesta de Bush, los sospechosos quedarán bajo la vigilancia de guardias británicos o estadounidenses. El presidente estadounidense celebró la 'constructiva' decisión de Sharon 'que permitirá al presidente Arafat viajar libremente', según un comunicado de la Casa Blanca. Bush invitó además a Sharon a viajar a Washington esta semana para entrevistarse con él.
Entre tanto, la misión de la ONU que debe investigar los hechos acontecidos en el campo de refugiados de Yenín durante la invasión israelí, continúa esperando en Ginebra una orden de salida.
Sharon, forzó de nuevo ayer una demora de la misión de la ONU que debe investigar qué ocurrió durante la ocupación de la ciudad palestina de Yenín, y que, presumiblemente, dejó centenares de muertos. El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de urgencia para estudiar una respuesta a este nuevo retraso.
En un principio, la misión debía haber llegado el sábado pasado, pero Israel obligó a prorrogarla un día más. El principal escollo es determinar quién nombrará a los testigos. 'Israel determinará quién testificará a su favor', dijo el ministro israelí de Exteriores, Simón Peres, a Radio Israel. La opción defendida internacionalmente es que la ONU decida los testigos.
En el Gobierno palestino la prórroga responde al intento de Israel de ocultar pruebas de la masacre ocurrida en Yenín. El Gobierno israelí mantiene que sólo 50 árabes murieron durante la ocupación, frente a los centenares que cifran los palestinos.