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Trucos contra el desfase horario en grandes vuelos

Las trastornos del sueño que producen los desplazamientos entre los hombres de negocios tienen solución, según el manual elaborado por la Clínica Quirón y Viajes Gheisa. Una treta es aprovechar la luz Texto Joaquim Clemente

Madrid, 8 de la mañana. Un viajero inicia el vuelo que le dejará seis horas después en Nueva York. Tiene una reunión de negocios a las seis de la tarde hora local. Es un momento en el que sus interlocutores estarán en plena actividad. Sin embargo, el pasajero está cansado. No en vano, son las 12 de la noche según su reloj biológico. Es lo que se conoce como el síndrome del desfase horario o jet lag.

El 80% de los viajeros que utilizan el avión por negocios sufre alteraciones del sueño, cansancio a la llegada al destino, pérdida de energía o de motivación. Algunos lo solventan con fármacos con los que intentan regular el ritmo biológico. Sin embargo, hay otras fórmulas, sencillas e inocuas que la Unidad Valenciana del Sueño de la Clínica Quirón y Viajes Gheisa han plasmado en un manual destinado a los que con frecuencia recorren grandes distancias.

Según el doctor Gonzalo Pin, de la Clínica Quirón, después de un viaje, el ritmo biológico permanece anclado en el horario del punto de partida y se ajusta al nuevo lentamente, a razón de 60 minutos por día en los viajes hacia el Este y 90 en los trayectos hacia el Oeste. Esta capacidad de adaptación va decreciendo a partir de los 35 años. 'Los hombres de negocios se resignan y no suelen tomar ninguna medida, más allá de automedicarse', afirma Pin.

Las fórmulas para evitar este problema son aparentemente sencillas, siempre que no se trate de una patología que requiera el tratamiento de un especialista. Así, antes de iniciar el viaje, la guía recomienda evitar el cansancio, lo que no está reñido con realizar algo de ejercicio.

En los vuelos hacia el Este se produce el síndrome del retraso de fase, en el que el individuo tiene dificultades para dormirse y levantarse a la hora adecuada. 'Lo podemos tratar con un baño de luz (salir a la calle) por la mañana uno o dos días antes del viaje, en los que nos acostaremos y nos levantaremos pronto. Evitaremos el café en el vuelo y en destino saldremos pronto a la calle para que nos dé la luz'.

En la hipótesis inicial, viajando hacia el Oeste, 'antes de volar nos acostaremos más tarde y nos levantaremos más tarde'. Tomaremos café durante el vuelo y ya en destino, buscaremos la luz intensa por la tarde, para evitar que el cerebro produzca melatomina -hormona que provoca el sueño- y llevaremos gafas de sol por la mañana los primeros días'. En ambos casos evitaremos la siesta.

Otra opción consiste en hacer como Emilio Botín, que en sus viajes al Caribe para encontrarse con los responsables del Santander, convoca las reuniones de trabajo según el horario español, sea cual sea la hora local. Aunque para hacer eso, quizá, haya que ser presidente de un banco.

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