La blanda receta de Gerhard Schröder

No cabe duda de que era excesivo esperar un cambio drástico, pero hubo pocos indicios [el pasado miércoles] de que el canciller alemán Gerhard Schröder haya aprendido algo de las elecciones del domingo en Francia.

Al difundir el manifiesto electoral del Partido Socialdemócrata (SPD) no hubo sorpresas (...). Es un programa que difícilmente puede excitar a un electorado escéptico (...).

Los socialdemócratas ya han sido penalizados una vez en las elecciones del domingo en Sajonia-Anhalt (...). En no menos de una docena de visitas preelectorales, el canciller no ha conseguido atraer a las masas, no ha conseguido levantar la ola; está preocupado y hace bien en estarlo (...),

El SPD parece haber agotado sus ideas reformistas. No tiene nada nuevo que decir sobre cómo mejorar la flexibilidad de los mercados laborales, un factor determinante en la constante y elevada tasa de paro. Y los planes para impulsar el gasto social parecen incompatibles con el compromiso del Gobierno para alcanzar el equilibrio presupuestario en 2004 (...).

[Edmund] Stoiber [el primer ministro conservador de Baviera] aprovechará sin duda la timidez del canciller e intentará demostrar que puede gobernar más competentemente desde el centro.

Las diferencias políticas pueden ser difíciles de encontrar. Schröder necesita extraer urgentemente algunas lecciones del sino de Lionel Jospin en Francia.

Ralentizar la agenda reformista, al tiempo que se presenta un programa social con cuentagotas, es una receta blanda contra el estancamiento económico. Necesita encontrar nuevas ideas antes de septiembre.