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Tribuna
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Comité de dirección y resultados

El entorno en el que se desenvuelven actualmente nuestras empresas, en el que la visión global del negocio, la velocidad de respuesta, la orientación al cliente y la captación y retención del talento son, entre otros, los aspectos claves para el éxito, requieren un planteamiento de la dirección que pueda dar respuesta a los retos que se plantean diariamente.

La dirección de la empresa debe responder hoy a unos planteamientos más globales, más integrados y más transversales. Los tiempos de la dirección heroica, en la que el máximo responsable asumía, además del papel de director de orquesta, el de tocar todos los instrumentos que fueran precisos según se presentaba la situación o según lo exigía la partitura, están superados, a pesar de que algunos directores se empeñen en mantener ese sistema, que aparentemente les otorga más poder, pero a más o menos largo plazo les conducirá, inexorablemente, al fracaso.

Las exigencias actuales ponen de manifiesto la importancia de una dirección global e integradora, cuya expresión, en cuanto a estructura se refiere, es el comité de dirección.

El comité de dirección es un órgano colegiado que engloba a los responsables de los principales departamentos de la empresa, tanto operacionales como funcionales, que permite reunir en un equipo todas las facetas de la empresa y que, en consecuencia, tendrá una visión global de la problemática de la misma.

Si hay algo que caracterice a un comité de dirección es su capacidad para trabajar en los procesos transversales de la empresa, que son los que aportan el valor al cliente y, consecuentemente, los resultados. Los clientes pagan por los productos o servicios que reciben y se fidelizan en función de la calidad y satisfacción que les dan, no porque un determinado departamento de la empresa sea excelente o mejor que el de sus competidores, sino porque el resultado del trabajo común de todos los departamentos produce un producto o servicio realmente excelente.

La cuestión es cómo optimizar el funcionamiento del comité de dirección para conseguir que impacte realmente en el funcionamiento de la empresa para obtener los mejores resultados. Ante todo, es un equipo y su funcionamiento está sujeto a las características personales de sus componentes y a las reglas de funcionamiento colectivas, es decir, a aspectos individuales y colectivos.

En los individuales, el desarrollo de las personas que constituyen el comité de dirección es un factor clave que pasa por procesos de aprendizaje y coaching no tanto para mejorar las competencias de tipo técnico, que a veces puede ser necesario, sino para mejorar aspectos de comportamiento, de estilo de dirección o de capacidad para abordar determinadas situaciones difíciles.

Los aspectos colectivos son, generalmente, más complejos porque están condicionados por los individuales y, en este sentido, la necesidad de un verdadero liderazgo por el primer ejecutivo de la empresa es imprescindible. Además de ese imprescindible liderazgo, hay algunas cosas que se requieren para el buen funcionamiento de un comité de dirección y que, sin pretender ser exhaustivos, queremos dar:

La existencia de una visión común para la empresa, así como de una cultura y unos valores compartidos.

El desarrollo de una estrategia para la empresa que permita alcanzar la visión.

Las propias reglas y costumbres del funcionamiento del comité de dirección (tipo de reuniones, frecuencia, temas a tratar, etcétera).

Los procesos y los estilos de dirección.

La estructura organizativa en la que se inserta el comité de dirección.

El sistema de recompensa de los miembros del comité.

El comité de dirección es un potente instrumento para el buen funcionamiento de la empresa y para la optimización de sus resultados. Sin embargo no basta con disponer del mismo para pensar que todo está resuelto, lo que importa es su funcionamiento y el impacto que éste produce en los resultados de la empresa.

Por ello es importante para el máximo ejecutivo reflexionar sobre su comité de dirección, su funcionamiento, la implicación de los distintos miembros del mismo y, sobre todo, el impacto que realmente está produciendo y si es necesario mejorarlo. De ese análisis deberá salir un diagnóstico y sobre todo un plan de acción que potencie el funcionamiento del comité de dirección y a cada uno de los miembros del mismo.

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