Francia, el fin de la izquierda europea
El resultado obtenido por Jean-Marie Le Pen [el domingo, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas] será descrito en términos apocalípticos (...). Pero se trata sólo de una catástrofe para la izquierda europea, que ha sido destrozada en su propio terreno.
El resultado no significa que los ciudadanos franceses se hayan convertido de repente a la visión xenófoba y antiinmigración de Le Pen. Significa que están hartos del continuo declive bajo un Gobierno controlado por una bandada de socialistas, de comunistas y de verdes (...).
Lionel Jospin intentó lo imposible al presentarse como un socialista ortodoxo que no asustase a la clase media. Por contra, los votantes de izquierda le dieron la espalda por no confiar en que su agenda fuera de verdad izquierdista (...).
Las clases medias francesas, mientras tanto, no confiaron en que Jospin liberalizaría la economía lo suficiente como para detener el declive de las condiciones de vida y frenar el aumento de la criminalidad (....).
Jean-Marie Le Pen se benefició de todo esto. Les dijo a los franceses que sus condiciones de vida se estaban deteriorando y que la delincuencia ha convertido en peligroso pasear por la noche (...). El 17% de los votantes que optaron por él sabían que estaba diciendo la verdad e incluso, si algunos de ellos discrepan sobre su solución de cerrar las fronteras, al menos era bueno escuchar verdades en lugar de las perogrulladas de los otros candidatos (...).