Los ahorradores están de enhorabuena
La anunciada reforma del tratamiento fiscal del ahorro beneficia a los ahorradores, pero también a los profesionales. Antonio Morales analiza las consecuencias que tendrá para ambos
Los ahorradores están de enhorabuena, pero los profesionales también. Las noticias sobre la reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas, y más concretamente sobre el tratamiento fiscal del ahorro, suponen una gran noticia para ambos colectivos, o al menos deberían suponerlo.
Es posible que de entre los segundos, los que durante años se preocuparon menos por la calidad de la gestión y la importancia de un buen asesoramiento, vean ahora las orejas al lobo, y traten de matizar, con un sesgo no muy positivo, la bondad del informe de los expertos, también conocido por informe Lagares.
Sin embargo, para los que llevamos años apostando por esta reforma, la noticia no puede resultar más positiva. Mientras no esté aprobada por ambas cámaras, analizar las consecuencias no pasa por ser una mera conjetura; sin embargo, ya se han alzado voces, las críticas que mencionábamos más arriba, que alertan sobre una posible subida en las comisiones, etcétera.
Esta medida no parece la más adecuada. Si la reforma de la tributación del ahorro supone un importante avance, y nos encamina hacia un sistema más europeísta, el encarecimiento de las comisiones, implantando las casi extinguidas de suscripción y de reembolso, puede tener consecuencias no muy positivas en el medio plazo para quien tome esta decisión.
El inversor español, de unos años a esta parte, ha incrementado su formación financiera de una forma considerable. Los motivos han sido varios, desde la complejidad de los instrumentos de los que ha dispuesto para canalizar su ahorro hasta la necesidad de buscar activos de más riesgo, que puedan compensar las bajas rentabilidades los productos más tradicionales por las bruscas caídas de tipos de interés a las que hemos asistido durante los últimos años
Este nivel de formación hará que el tratar de retener a estos clientes por la vía de las comisiones de reembolso pueda tener un efecto bumerán, que le aporte resultados positivos a corto plazo a la entidad pero que le haga perder absolutamente la confianza del cliente para futuras inversiones.
Otro asunto bien distinto, y que sí puede tener como consecuencia una bajada de las comisiones en alguno de los productos, o una canibalización de los fondos en algunas gestoras, es la excesiva comisión de gestión que cobran algunos de los Fiamm (fondos de inversión en activos del mercado monetario) que hay actualmente en el mercado, y que principalmente se constituyeron hace ya unos años. Incluso las mismas casas tienen ya, en su mayoría, productos idénticos con mayor comisión de gestión. Pero este efecto tendrá una repercusión muy positiva en el ahorrador, que al final es el objetivo que persigue la ley.
A pesar de que aún exista camino por recorrer, la noticia no ha podido llegar en un momento más oportuno. Todos necesitamos estímulos, y más en una etapa tan difícil como la que estamos viviendo. Enhorabuena para todos y especialmente para los ahorradores y para los que hemos confiado en las estrategias de buen asesoramiento esperando recoger los frutos en el largo plazo. El tiempo casi siempre termina premiando la constancia.