ACS aplaza la designación del presidente de Dragados y nombra al número dos
ACS designó a Ángel García Altozano, hasta ahora director general corporativo de la compañía, como vicepresidente de Dragados, pero aplazó hasta la semana que viene el nombramiento del presidente y del probable nuevo consejero delegado de la constructora, de la que acaba de tomar el control. Antes de estas designaciones, la junta de accionistas de Dragados aprobó la salida de seis consejeros vinculados al BSCH, incluido el presidente, Santiago Foncillas. Los accionistas también dieron su visto bueno a unos estatutos que blindan al nuevo propietario de Dragados frente a opas hostiles. La acción de Dragados subió en Bolsa el 22,7% y la de ACS cayó el 0,23%.
El presidente de Dragados, Santiago Foncillas, presentó ayer su dimisión en un consejo de administración extraordinario celebrado tras la junta ordinaria de accionistas y un día después de que ACS adquiriera, inesperadamente, el 23,5% de la constructora al Banco Santander Central Hispano (SCH) por 900 millones de euros. Con Foncillas abandonan el órgano de dirección Leopoldo Calvo-Sotelo, Carlos de Borbón Dos Sicilias, Licinio de la Fuente, Alejandro Fernández y Luis Sánchez Merlo.
La reunión del nuevo consejo de administración de Dragados concluyó ayer por la tarde sin el nombramiento del sustituto de Foncillas en la presidencia. Sí se nombró, sin embargo, como nuevo vicepresidente a Ángel García Altozano, que ocupa actualmente la dirección general de desarrollo corporativo de ACS y la presidencia de Xfera, operador de telefonía de tercera generación participado por ACS. La nominación del nuevo presidente se producirá hacia la mitad de la semana que viene. También es muy probable la designación de un consejero delegado.
La junta aprobó la renovación del consejo de administración, que eleva de 10 a 15 su número de miembros. Quedará compuesto por siete miembros de ACS, tres vocales independientes, tres del SCH que permanecen y dos designados por el grupo holandés HBG, recientemente adquirido.
En concreto, los siete consejeros que ACS sentará en el consejo de administración de Dragados son, además del citado vicepresidente, Alberto Cortina, Isidro Fernández Barreiros, Mariano Hernández, Felipe Echevarría, Enrique Piñel y Jesús Ruiz Beato. Tanto Cortina como Fernández Barreiros dimitieron ayer como consejeros de ACS, debido, según fuentes cercanas al consejo, a su expreso deseo de no compaginar cargos de representación accionarial en las dos constructoras. Al mismo tiempo, los nuevos estatutos de Dragados aprobados ayer fijan un duro régimen de incompatibilidades a los consejeros de la sociedad.
Como consejeros independientes han sido nombrados Miguel Blesa, presidente de Cajamadrid, el ex político catalán y abogado Miquel Roca y Francisco Javier Benjumea. El SCH mantiene a Joan Grimá, Antonio Escámez e Ignacio Benjumea como representantes en el consejo, mientras que el grupo holandés HBG ha designado a Arnout Alexander Loudon y Carl Jan Reigersman. Este último afirmó desconocer los planes de ACS para HBG, y añadió que la opción de vender la empresa sería 'poco sabia'.
La junta de accionistas aprobó también la modificación estatutaria para dotar al grupo de un blindaje ante posibles compras hostiles, un escudo del que sin duda disfrutará el nuevo propietario. A partir de ahora, cualquier empresa que quiera tomar el control de la ex filial del SCH de forma hostil tendrá que controlar el 75% de la sociedad. æpermil;se es el porcentaje para poder designar presidente y vocales eludiendo los duros requisitos que fijan esos estatutos.
La compra de Dragados por ACS tuvo una repercusión positiva en el valor de la acción del líder sectorial, que subió el 22,7%, para cerrar a 17,1 euros. Por contra, la constructora que preside Florentino Pérez cayó el 0,23%. El resto de constructoras incrementó su cotización de forma significativa, ante la convicción de los inversores de que una nueva fase de fusiones acaba de empezar.
La junta pasa de largo por el cambio accionarial
La junta ordinaria de accionistas de Dragados celebrada se preveía histórica, y la expectación era grande. La asamblea iba a formalizar la salida del que ha sido accionista de referencia de la sociedad en su medio siglo de vida, eso sí, bajo diferentes marcas (Banco Central, Central Hispano y BSCH), que ayer vendió su paquete de control en la constructora a su rival ACS.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, la junta discurrió en un extraño escenario de normalidad. El presidente, Santiago Foncillas, que no había sido informado de las negociaciones de venta de las acciones del banco y con su dimisión ya encima de la mesa, apenas aludió a la operación y condujo la asamblea como si nada estuviera sucediendo. Es más, tras hacer balance del pasado ejercicio, Foncillas esbozó los planes previstos para este año tras comprar HBG, que pasaban, hasta ahora, por diversificar las actividades del grupo holandés. El auditorio apenas pudo escuchar, por la rapidez con que fue anunciada por el secretario, la propuesta de nombramiento de los nuevos consejeros que representan a la nueva propiedad, y menos aún que esa designación se producía porque dimitían seis vocales, entre ellos el propio Foncillas.
Ni siquiera cuando se abrió el turno de intervenciones de los accionistas cambió ese clima insospechado de normalidad. De las dos intervenciones realizadas sólo una mencionó la venta de las acciones del banco y fue para argumentar contra el duro blindaje propuesto para su aprobación a la junta. Un blindaje que según ese inversor ha favorecido al banco y ha perjudicado a los minoritarios, que no han podido vender sus acciones en una opa. Al final, Foncillas cambió el discurso. Su retahíla de agradecimientos (también al BSCH) era una despedida. Tras levantar la sesión, se marchó emocionado, sin hacer declaraciones a la prensa.