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Secretos de despacho
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Luz en Red Eléctrica

El presidente de Red Eléctrica no ha realizado grandes cambios en el espacio, funcional y moderno, que heredó en 1997. Sólo necesita que la luz entre a raudales por los ventanales y tranquilidad para poder trabajar y tomar decisiones

Hombre de impecable seriedad, a Pedro Mielgo, el presidente de Red Eléctrica, le gusta trabajar en espacios donde la luz entre a raudales y en un ambiente que invite al sosiego. Desde su despacho, situado en un selecto barrio a las afueras de Madrid, se divisan verdes campos. 'Debo tener luz natural para trabajar en grandes cantidades. Me gusta ver salir y ponerse el sol'. Y, al margen de un sitio donde poner los papeles y el ordenador, asegura que no le hace falta más para poder trabajar, 'sólo hacen falta ganas'.

Mielgo aparenta tranquilidad, aunque él dice que la procesión va por dentro. 'En una compañía siempre hay momentos de tensión y hay personas con un gran temperamento y dinamismo, pero creo que en un puesto directivo se trabaja mejor en un ambiente tranquilo', señala. En cuanto a las horas que invierte en el trabajo, señala que son muchas más de las que le gustaría a su familia y a su médico.

La decoración, un tanto funcional, en colores blancos y moqueta clara, pero sin descuidar ni un detalle -los sofás son, por ejemplo, de Le Corbusier-, se la encontró cuando llegó a la presidencia de Red Eléctrica en 1997. 'A lo mejor cambio algo, probablemente a colores más luminosos, y el mobiliario también puede ganar en funcionalidad, pero hasta ahora no he querido gastarme dinero'.

Pedro Mielgo no siente ningún apego a ningún objeto de su despacho. 'Todo a lo que le tengo cariño lo tengo en casa y en el trabajo procuro tener cosas que sólo me sirven y son útiles para trabajar', añade. En una librería de cristal guarda un repertorio de libros y de informes de consulta. Sobre una estantería, unas fotografías suyas, con su equipo directivo y con el Rey. En la pared, y en claro contraste con el resto de la decoración, destaca el cuadro de un pintor francés. Se trata de un boceto para los frescos de un edificio de París. 'También estaba en el despacho y no lo he cambiado. No me disgusta este cuadro, aunque prefiero otro tipo de arte'.

Pedro Mielgo nació en Astorga (León) en 1946, es ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, cuenta con un programa de desarrollo de directivos por el IESE y es graduado en Marketing por la Universidad de Stanford. Su carrera profesional se ha desarrollado en empresas del sector petroquímico, energético, de ingeniería y comercio exterior. Ha tenido a su cargo proyectos de generación y transporte de energía en España y en el extranjero. Es miembro del consejo de administración de la Compañía Operadora del Mercado Español de Electricidad, del consejo consultivo de electricidad de la Comisión Nacional de Energía, de los comités directivos de Eurelectric y de la asociación europea de Operadores de Sistemas Eléctricos (ETSO).

Entre las cualidades que, asegura, debe reunir un directivo hoy día señala la honradez y la capacidad de trabajo y de apoyarse en el equipo de profesionales que tiene alrededor. 'Para trabajar no hace falta pedir demasiado. Hay que tener un equipo de personas que sabes que responde en cualquier momento. Y poco más. No se necesitan excesos. Parece que los directivos estamos alejados de la calle, pero no es cierto. Yo intento que en mi caso no sea así. Lo importante es ser humilde y sencillo', añade.

En el escaso tiempo libre del que dispone Mielgo le gusta leer historia y ensayos, escuchar música, aunque para trabajar no la necesita. En vacaciones, hacer ejercicio y vela.

Cable submarino

 

De todos los objetos que Pedro Mielgo tiene en su despacho destacan unos aisladores de cristal de líneas de baja tensión y unos trozos de cable submarino, como el que tienen instalado en el Estrecho de Gibraltar.

 

 

 

 

 

 

 

Sobre el orden, asegura que es algo que resuelve sobre la marcha y con la ayuda de sus secretarias. 'Procuro que todo esté ordenado, pero no siempre se consigue. Hay un 90% de cosas ordenadas y un 10 que no'. Lo dice un hombre que tiene perfectamente apiladas y alineadas sobre una mesa de dibujo, también heredada, varias carpetas con informes y los periódicos del día.

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