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Las incubadoras de negocios con futuro

21 centros de empresas innovadoras trabajan para que buenas ideas empresariales salgan adelante

En 1987 se inauguró en Bilbao el primer centro europeo de empresas innovadoras español, Beaz, dedicado a la promoción de proyectos empresariales. Hoy son 21 los denominados CEEI españoles -o BIC (Business Innovation Centres) en sus siglas inglesas-, unos organismos semipúblicos que en estos 15 años han ayudado a la creación de cerca de 5.000 empresas. La tasa de mortalidad -proyectos que fracasan en sus primeros cuatro años de vida- es inferior al 20%, muy por debajo del 70% u 80% que registra el conjunto de las nuevas empresas españolas. La alta tasa de éxitos en el lanzamiento de empresas tiene una explicación muy sencilla, según el presidente de la Asociación Nacional de CEEI españoles (Ances), Jesús Casanova: 'Si el proyecto no es viable, se lo decimos claramente al emprendedor y evitamos un fracaso'.

La de evitar fracasos es la labor más singular y menos reconocida de los CEEI. A la difícil tarea de crear empresas, muchas de ellas condenadas al fracaso, ayudan muchos organismos españoles y europeos, cámaras de comercio, universidades, entidades financieras y asociaciones, tanto desde el punto de vista económico como de asesoramiento. De evitar que se pongan en marcha proyectos inviables no se ocupa casi nadie. 'Es difícil decirle a alguien que abandone su proyecto, después de haberle ayudado con el plan de negocio, pero es una labor muy positiva porque se evita un fracaso y, además, el que es emprendedor suele volver al poco tiempo con otro proyecto', explica Jesús Casanova.

Por el contrario, si el proyecto es considerado viable, empieza la labor de apoyo de los CEEI para que el emprendedor lo saque adelante. 'No les damos nada ni les tramitamos un solo papel, sino que les ayudamos a estudiar la viabilidad comercial, técnica y económica, a elaborar un plan de empresa y a tomar decisiones, pero dejando en su mano la decisión última', comenta el presidente de Ances. La tarea es compleja y muy completa, hasta el punto de que las empresas pueden alojarse durante sus primeros tres años de vida en las instalaciones de los CEEI, antes de dar el salto con un centro de producción propio. Los centros son, pues, verdaderos viveros de nuevos proyectos, con especial dedicación a los innovadores, aunque esta característica no es preceptiva desde 1995.

Los 21 centros europeos de empresas innovadoras (CEEI) que funcionan en España han colaborado en los últimos cinco años en el lanzamiento de casi 5.000 empresas y la creación de más de 30.000 puestos de trabajo directos. Según el presidente de la asociación nacional Ances, Jesús Casanova, 'las cifras de empleo no son muy altas porque a todos les aconsejamos que subcontraten lo más posible, cualquier parte del proceso que puedan hacer otros, porque ya tendrán tiempo de comprar máquinas más adelante'.

Los CEEI son sociedades semipúblicas impulsadas por las comunidades autónomas, con participación de entidades y asociaciones públicas y privadas. De las 21 existentes en España, la Comunidad Valenciana tiene cuatro; Andalucía y el País Vasco, tres; dos tienen Cataluña y Castilla y León, y el resto se reparten entre Galicia, Navarra, Murcia, Asturias, Baleares, Aragón y Castilla-La Mancha. En Europa existen 150 centros similares en 15 países, integrados con apoyo de la Comisión Europea en la Red Europea de Centros de Empresa e Innovación (European Business Network, EBN). Todos ellos se agrupan en la asociación nacional Ances, creada en 1993, y en la europea EBN, fundada en 1984.

El funcionamiento de los CEEI es similar en toda España. En el de Valencia, ubicado en el Parque Tecnológico y dirigido por Jesús Casanova, la labor comienza con la motivación a los emprendedores para el desarrollo de iniciativas y la identificación de proyectos empresariales. Se les ayuda a elaborar informes de viabilidad comercial, viabilidad técnica y viabilidad económico-financiera, todo ello acompañado de cursos de formación en aquellas materias que no dominan. Una vez hecho esto, el emprendedor elabora un plan de empresa, con el asesoramiento del CEEI y se toma la decisión de seguir adelante o dejarlo.

La puesta en marcha conlleva el asesoramiento durante los años iniciales y la posibilidad de alojamiento en las instalaciones del centro durante los primeros tres años, siempre que la empresa sea innovadora. Si no lo es, puede estar hasta seis meses en el denominado centro de negocios. En los 21 CEEI españoles residen permanentemente unas 400 empresas, que van sucediéndose a medida que cumplen el plazo establecido. Conviene aclarar que todo esto no es gratis desde el momento en que se pone en marcha el proyecto, pero tanto el coste del alquiler como el de la asesoría se sitúan en la banda baja del mercado. Para los emprendedores que no han puesto en marcha el proyecto la ayuda es gratuita y financiada con convenios y ayudas públicas.

Según Jesús Casanova, 'lo que diferencia a los CEEI de otros organismos que prestan ayudas es el seguimiento posterior que hacemos de la empresa y el asesoramiento que le ofrecemos durante varios años, aunque hayan elegido otra ubicación desde el principio y no estén alojados en el CEEI'. Los centros colaboran con otras instituciones que tienen como objetivo la ayuda y promoción de pymes, como las universidades, los institutos tecnológicos, organismos públicos, agencias de desarrollo local y entidades financieras. 'Lo que nos diferencia de estas instituciones es que ellos tienen otras funciones y nosotros sólo nos dedicamos a ayudar a la creación de empresas', añade Casanova.

La metodología utilizada por el CEEI de Valencia es compartida por los centros nacionales y europeos, ya que existe una labor conjunta para desarrollar formas de trabajo eficientes. En el caso de España, los CEEI se reúnen cuatro veces al año y encargan desarrollos de técnicas o proyectos a uno de ellos. Cuando el centro elegido ha terminado el plan y ha comprobado que funciona, se extiende al resto de centros de España y Europa. 'Funcionamos en red mejor que cualquier otra asociación nacional', afirma Casanova. Entre las metodologías desarrolladas por los CEEI o BIC, apoyados por la Dirección General Regio de la Unión Europea, destacan las denominadas spin-off industrial -desarrollo de empresas independientes a partir de actividades nacidas en seno de empresas existentes- y spin-off académico -apoyo al desarrollo de proyectos del mundo académico. Un ejemplo de spin-off industrial es la empresa Uvax, fabricante de circuitos eléctricos en series pequeñas, creada por las necesidades de producción de la empresa de diseño industrial Indeaction 10, que también nació en el CEEI hace años.

Otros métodos desarrollados por los centros son el Intraemprender, dedicado a la identificación y asesoramiento de líneas de negocio dentro de la empresa -aquí no se crean empresas nuevas-; el plan de empresa Ances, un sistema de análisis de viabilidad y seguimiento creado por el CEEI de Valladolid que ya utilizan 19 centros en España, y FormaRed, el programa de formación a distancia, que no está teniendo la aceptación deseada. Según Jesús Casanova, 'prefieren acudir a los seminarios y charlas, donde se exponen problemas comunes, a seguir los cursos a distancia'. El último proyecto puesto en marcha es el EIBTs, un programa de identificación, apoyo y desarrollo de empresas innovadoras con base tecnológica. Por otra parte, los CEEI españoles han creado recientemente la marca Innueva, para la promoción conjunta de sus actividades.

Cooperación internacional sin viajes

Además de los programas que comparten todos los centros, existen proyectos europeos desarrollados por varios de ellos para la creación de nuevas herramientas. Es el caso del proyecto Regio-Link, coordinado por CEEI Valencia y financiado por la Unión Europea y la Generalitat Valenciana, en el que participan los centros Karelia (Finlandia), Berrilán (País Vasco), Basilicata (Italia) y Oporto (Portugal). Su objetivo es crear una metodología para la internacionalización de pymes -diagnóstico, plan de negocio, acceso a organismos de apoyo, acompañamiento en el proceso de negociación-, que utilice una plataforma telemática para la cooperación internacional, de forma que se limiten al máximo los viajes preliminares, que resultan muy costosos para las empresas pequeñas. Según Jesús Casanova, 'muy pronto se extenderá a los 150 CEEI o BIC de toda Europa'.

Aunque los CEEI acogen todo tipo de iniciativas, la mayoría son innovadoras y con base tecnológica. Entre las más destacadas de las nacidas en el CEEI de Valencia están ABC Eutelcom, dedicada a la formación vía satélite; Meteor Data Communication, dedicada a la transmisión de datos vía meteoritos (ver página 5); Diseño de Sistemas en Silicio (DS2), participada por Endesa y dedicada a las telecomunicaciones vía red eléctrica; Neurocor, dedicada a la fabricación de marcapasos, y Sistemas Genómicos, dedicada a investigación y desarrollo de aplicaciones de la secuenciación de ADN.

La Comisión Europea recomendó la creación de CEEI en regiones desfavorecidas en sus directrices para los Fondos Estructurales del periodo 2000-2006. La Unión Europea audita periódicamente a estos centros para comprobar que se ajustan a la metodología establecida para la prestación de servicios a los emprendedores.

El éxito de los CEEI ha animado a otros organismos a crear entidades con fines similares. Así, la Cámara de Comercio de Valencia presentó recientemente sus dos primeros proyectos de viveros de empresa municipales, que se ubicarán en las ciudades de Sagunto y Requena. Estos viveros pretenden apoyar la creación de empresas en zonas económicamente dinámicas, y cuentan con apoyo financiero procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Para ello, la Cámara firma convenios con los ayuntamientos donde se van a radicar, con los cuales coordina actuaciones conjuntas en el fomento de la creación de empresas. Además de Requena y Sagunto, para este año la Cámara de Valencia tiene previstos acuerdos con Xàtiva y Torrent.

Los emprendedores que acudan a los viveros cuentan con la colaboración directa de un agente de desarrollo local que, además de cubrir las funciones básicas de información y asesoramiento, sirve de enlace con la cámara de comercio. Desde la cámara, a través de sus servicios Prop Emprendedores y Ventanilla æscaron;nica Empresarial, y siempre en colaboración con los ayuntamientos, se cubren los trámites administrativos precisos para la materialización de los proyectos de empresa. Las actividades a desarrollar en los viveros llevan asociados programas de formación para tratar de asegurar la máxima viabilidad posible de las iniciativas de nuevas empresas. Estos cursos van destinados tanto a emprendedores como a mujeres empresarias, discapacitados y emigrantes retornados, y son impartidos por la Fundación Incyde de las Cámaras españolas, que cuenta con más de 100 expertos en diferentes materias relacionadas con el mundo empresarial.

Comunicación vía meteoritos

 

Meteor Data Communication España, perteneciente al grupo holandés MDC, se constituyó en el CEEI de Valencia en 1998 con el objetivo de ser algo más que una filial comercial. El grupo está especializado en la comunicación de datos vía meteoros, que sirven como repetidor pasivo de mensajes cortos. Dirigida por Jorge Pinel y formada por una plantilla de 14 personas, 11 de ellas en el departamento de I+D, la compañía fue creciendo hasta convertirse en una filial autónoma que crea sus desarrollos, a partir de la tecnología Meteor Burst, y los aplica en el área de cobertura asignada, que comprende España, Portugal, Italia, Suiza y Francia.

 

 

 

 

 

 

 

La transmisión de paquetes de datos de SMS vía meteoros tiene un gran inconveniente, la limitación de tamaño, que explica por qué las grandes compañías de telecomunicaciones prefieren los satélites artificiales antes que investigar esta tecnología. Sin embargo, según Jorge Pinel, el sistema de transmisión de MDC, mucho más barato al no pagar satélite, tiene importantes aplicaciones, como son la gestión de flotas, con localizador GPS y envío de mensajes; el control remoto y transmisión de datos a estaciones meteorológicas, depuradoras, oleoductos y otro tipo de instalaciones; el correo electrónico básico donde no hay conexión de Internet y, por último, la transmisión segura de claves o contraseñas, imposible de interceptar y muy útil como complemento a Internet.

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