La dificultad de mover ficha
Nadie duda de que el despiste y la desorientación se han instalado en las Bolsas del mundo, y la española no es la excepción. Los diferentes indicadores económicos que se publican en Estados Unidos desde hace semanas no son tan vigorosos como algunos agitadores resaltan. Los resultados empresariales tampoco permiten mejores valoraciones y en el orden político internacional los fiascos son constantes.
Que los mercados han aguantado el vendaval de la semana pasada y mantenido los índices principales por encima de los niveles de soporte es algo que ha suscitado sentimientos enfrentados entre los analistas. Los más optimistas señalan que este fenómeno invita al alza, porque los inversores se niegan a tirarse por la venta por muy negativas que sean las circunstancias extrabursátiles.
Los pesimistas manejan, por su parte, argumentos muy parecidos y recomiendan extremar la prudencia, porque los valores líderes de las Bolsas están en una situación muy delicada. En la Bolsa española el protagonismo lo asumen, en este caso, Telefónica y los dos grandes bancos.
¿Qué pasaría si Telefónica se desfondara, un suponer, y se fuera más allá del soporte técnico y psicológico de los 12 euros? ¿Qué pasaría si BBVA y Banco Santander hicieran lo propio? Los expertos lo tienen muy claro y señalan que el Ibex caminaría, de producirse tal contrariedad, a zona de mínimos de septiembre de 2001, porque entraría en juego muchos programas de venta orientados por posiciones puramente técnicas y ajenas a los fundamentales de los valores.
A partir de esta semana, con todo, llega la hora de la verdad de los resultados empresariales tanto en Europa como en Estados Unidos. Por ello y el cúmulo de adversidades externas, mover ficha en Bolsa es una tarea muy difícil en la actualidad.