Rusia levanta la suspensión de las importaciones de pollo estadounidense
El Gobierno ruso anunció el pasado sábado el fin de la prohibición de las importaciones de carne de ave estadounidense, en un enfrentamiento que amenazaba con desatar una guerra comercial entre ambos países. A cambio, Moscú persigue una rebaja de las cuotas y aranceles para las exportaciones de acero, en una misión que desde hoy encabeza en Washington el ministro ruso de Desarrollo Económico y Comercio, Herman Gref.
El pasado 10 de marzo, Rusia decretó la prohibición de las importaciones de carne de ave procedentes de EE UU, tras denunciar que los productores estadounidenses transgreden las normas veterinarias rusas.
La gravedad de la medida impuesta por Rusia para la industria estadounidense llevó a incluir este punto en la agenda de la entrevista bilateral que los dos presidentes mantendrán el próximo mes de mayo.
La decisión de Moscú está directamente ligada al inicio de las negociaciones con EE UU para intentar una rebaja de cuotas y aranceles a sus exportaciones del acero.
La solución para la guerra del pollo llega tras un preacuerdo entre ambos países para minimizar los efectos de los aranceles sobre el acero y tras conseguir Rusia un aplazamiento de la entrada en vigor de los nuevos aranceles, que en su caso serán de aplicación desde mayo y no desde el pasado 20 de marzo como sucede para el resto de los países afectados.
Todo apunta a que Moscú puede conseguir su propósito. Según Rusia, los aranceles al acero y la rebaja de cuotas a las exportaciones tendrán un perjuicio para su industria de 400 millones de dólares anuales (456 millones de euros), aunque Washington sostiene que son sólo 140 millones de dólares (160 millones de euros).
La prohibición a las importaciones de pollo suponen que la industria de EE UU pierde al año entre 600 y 700 millones de dólares (entre 684 y 798 millones de euros). Y Moscú ha advertido que controlará la calidad de los suministros estadounidenses por si vuelven a incumplir sus normas veterinarias.