A subidas de tipos, cuota blindada
Las hipotecas de cuota blindada, donde la cantidad a pagar siempre es la misma, pueden constituir una alternativa ante las subidas que está experimentando el euribor. En estos préstamos a tipo variable, la subida de los tipos de interés repercute en la ampliación del plazo de amortización, mientras en caso contrario se reduce.
El euribor no deja tregua. Al menos esto es lo que se desprende de las últimas subidas que ha experimentado el principal indicador hipotecario en los pasados meses y el nivel que viene marcando en las últimas sesiones, hasta el 3,99%.
Ante esta tendencia, toma fuerza la idea de considerar otras alternativas a la hora de buscar financiación para una propiedad inmobiliaria. Una de ellas son las hipotecas de cuota blindada. Préstamos donde la cuota permanece fija a lo largo de todo el periodo de amortización.
El interés de estas hipotecas, sin embargo, es variable, por lo que, como consecuencia de las revisiones periódicas, el plazo del préstamo variará respecto al pactado inicialmente, ampliándose cuando el tipo de interés sube y reduciéndose en caso contrario.
Dado que el vencimiento de estas operaciones no es fijo, como consecuencia de la variación del tipo de interés, en la mayoría de las entidades se pactan dos plazos a la hora de formalizar el préstamo: un plazo inicial, en función del cual se calcula la cuota que pagará el cliente, y un plazo máximo, del orden de 30 años, que nunca podrá ser superado. Esto conlleva que en cada revisión se calcule una nueva fecha de vencimiento, de forma que para el nuevo tipo de interés resulte la cuota blindada inicial.
En caso de superar el plazo máximo previsto, algunas entidades contemplan la renuncia al cobro de la deuda pendiente, como sucede en Banesto y La Caixa.
Las condiciones del préstamo, no obstante, son similares al resto de las hipotecas variables. La mayoría aplica un interés fijo para los 12 primeros meses, que suele ser superior a los habituales préstamos a tipo variable. Así, en Caja España y Bankinter aplican el 7%; Caja Madrid, el 6,75%; Ibercaja, el 5,75%, o el 4,5% y 4,25% que aplican Banesto y el Zaragozano los seis primeros meses.
El resto del periodo, el préstamo está ligado a la evolución de un índice de referencia más un diferencial que también oscila en función de las diferentes entidades. Todo ello, sin olvidar las habituales comisiones a las que el cliente debe hacer frente. Del orden del 1,25% en la apertura y del 1% en la cancelación.
Según Caja España, este producto cuenta con la ventaja de que, 'aunque los tipos de interés suban, la cuota se mantiene constante, con lo que ello supone de tranquilidad para una familia al no ver alteradas sus previsiones mensuales de gastos'. 'En un entorno de tipos de interés bajos, esta figura de préstamo se hace todavía más atractiva, puesto que permite la obtención de una cuota mensual baja que no se incrementa con subidas de los tipos de interés', añaden.