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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más libertad para los fondos

El Gobierno parece decidido por fin a eliminar la tributación por las plusvalías puestas de manifiesto con la venta de participaciones en un fondo de inversión si la cantidad obtenida se reinvierte en otro fondo. Varias veces se había barajado la posibilidad de acometer esa reforma, sin que hasta el momento hubiera llegado a buen puerto. Esta vez, sin embargo, ha sido el propio vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, el que ha anunciado pública y explícitamente la supresión de ese castigo fiscal por el cambio de fondo después de que la comisión para la reforma del IRPF presidida por el catedrático Manuel Lagares la incluyese entre sus propuestas.

La decisión desencadenará a medio plazo, con toda probabilidad, una verdadera revolución en el sector de fondos, con repercusiones en otros instrumentos de ahorro. Los fondos, como es sabido, son desde hace bastantes años el vehículo preferido de los españoles para invertir. Gestionan 178.218 millones de euros, el equivalente a 29,65 billones de pesetas.

La posibilidad de cambiar de fondo sin tributar ha sido reclamada reiteradamente desde diferentes ámbitos como una medida que contribuiría a elevar la competencia en el sector, a rebajar las comisiones y a incrementar la transparencia y la eficiencia. En general, son las firmas independientes y las llegadas de otros países las que están más a favor de levantar el peaje de Hacienda sobre el cambio de fondo. Los grandes bancos y cajas parecen menos convencidos de las bondades de la nueva norma, quizá porque su amplia base de clientes favorece una política más conservadora.

Pero el gran beneficiado será el inversor, que se ve libre de un freno absurdo e injusto a una gestión más activa del ahorro colocado en fondos. Desde el punto de vista fiscal la medida es irreprochable, porque ahora Hacienda gravará las plusvalías cuando sean reales -es decir, cuando las recupere el inversor- y no virtuales en el caso de que se quiera abandonar un fondo y trasladar la inversión íntegramente a otro.

Antes de haberse concretado, ya se oyen en el sector algunas voces sobre las grandes dificultades para aplicar la reforma que van a tener las gestoras. No es nada nuevo. En su día, oyendo a algunos gestores también parecía casi imposible aplicar una retención sobre las plusvalías, y luego se demostró que las protestas eran exageradas. En definitiva, las gestoras sólo van a tener que aplicar a los fondos de inversión los mismos mecanismos de traslado -es de esperar que más ágiles- a los que ya están obligadas con los fondos de pensiones.

Con todo, quedan algunas incógnitas por despejar respecto a la nueva normativa. El impacto sobre el sector de fondos de inversión dependerá de cómo se articule su fiscalidad en relación al resto de los instrumentos de ahorro, en particular frente a los depósitos bancarios a largo plazo. A la vez, habrá que evitar que un uso abusivo de las comisiones de reembolso acabe por sustituir el peaje fiscal por un peaje a favor de las gestoras.

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