El número de parados de Alemania baja por primera vez en 15 meses
Tras destruir 130.000 puestos el pasado año, las empresas alemanas empiezan a elevar poco a poco el ritmo de contrataciones. Según informó ayer la Oficina de Empleo germana, la tasa de paro bajó en marzo del 10,4% al 10%.
El número de desempleados se redujo en 140.000, hasta 4,16 millones. En datos corregidos de variaciones estacionales, la cifra bajó en 8.000 parados y el total quedó en 3,97 millones. Es el primer declive desde diciembre de 2000, pero el dato sigue superando en 156.000 al de marzo de 2001.
La propia Oficina de Empleo reconoció en su comunicado de ayer que 'aunque algunos indicadores importantes señalan el final de la crisis económica, aún no hay indicios de esto en el mercado laboral'. Es decir, que el declive del paro registrado en marzo es sólo coyuntural y se debe básicamente a factores estacionales.
El nuevo presidente de la Oficina Federal de Empleo, Florian Gerster, que tomó posesión del cargo a principios de abril, dijo ayer que espera una clara recuperación del mercado laboral para la segunda mitad del año. Sin embargo, también reconoció que la oferta de empleo se redujo en un 20% interanual en marzo.
Según Gerster, por fin están empezando a tener efecto algunas de las medidas de la reforma laboral aprobada por la coalición gubernamental de socialdemócratas y ecologistas. En concreto, se refirió a la nueva ley que promueve las ofertas laborales a la medida para los desempleados. A cambio, los parados no pueden rechazar reiteradamente las ofertas laborales recibidas, como venía sucediendo en el pasado. Gerster, que afronta el duro reto de modernizar la Oficina de Empleo, asegura que esta ley permite que el mercado laboral alemán sea más transparente y realista.
El ministro de Finanzas, Hans Eichel, que recibió ayer la visita del secretario del Tesoro americano, Paul O'Neill, calificó los datos de empleo como 'buena noticia', pero anotó que la mejora es 'poco usual, porque la mejora del mercado laboral generalmente se produce algo después de la recuperación económica'.
La economía alemana cayó en recesión el año pasado y muchos de los gigantes industriales del país anunciaron despidos masivos. Entre ellos, el grupo electrónico Siemens y el gigante farmacéutico Bayer.
El país se ha visto sacudido ahora por la suspensión de pagos de KirchMedia (filial de cine y televisión del conglomerado de medios Kirch Holding), pero los últimos indicadores macroeconómicos muestran signos de incipiente mejora.
La producción industrial aumentó en enero por segundo mes consecutivo. El IPC de marzo, publicado también ayer, subió un 0,2% en marzo y la tasa interanual pasó del 1,7% al 1,8% interanual (un dato que se ajustó a las previsiones).
Caen las ventas
Peor resultó el dato de ventas minoristas, que se contrajo un 4% en el primer trimestre. En sectores como el textil, la electrónica y los muebles se registraron caídas de hasta un 20%.
Hubertus Pellengahr, portavoz de la Federación de Comercio Minorista de Alemania, asegura que 'esta tendencia a la baja continuará y 15.000 comercios con 50.000 trabajadores tendrán que cerrar'. Si se cumple esta previsión, Schröder tendrá todavía más dificultades para aprobar la reválida electoral de septiembre.
La lucha sin cuartel contra el desempleo es el eje central de la campaña del canciller socialdemócrata Schröder, quien había prometido reducir el número de parados hasta 3,5 millones. Un ambicioso objetivo que ha sido prácticamente descartado debido a la crisis económica de los últimos meses.
El principal oponente de Schröder es el conservador bávaro Edmund Stoiber, quien ha utilizado la crisis económica y el fuerte aumento del número de parados como arma arrojadiza favorita durante la campaña. Los datos de empleo de ayer, aunque no son para lanzar las campanas al vuelo, favorecen claramente al socialdemócrata.
En cuanto a Stoiber, afronta un momento difícil por la alta implicación del banco semipúblico bávaro Bayerische Landesbank, que es el principal acreedor del maltrecho grupo Kirch.
Este banco concedió al grupo de medios créditos por un valor total de 1.900 millones de euros y la oposición acusa ahora a Stoiber de haber actuado personalmente a favor de la concesión de estos créditos, a pesar de que las dificultades de Kirch eran conocidas desde hace tiempo.