Los resultados empresariales y el conflicto en Oriente Próximo atenazan las Bolsas
Incertidumbre. Es el gran lastre de los inversores desde hace más de un año. La crisis en Oriente Próximo y la revisión a la baja de los beneficios de algunas de las grandes empresas del escenario económico mundial han puesto entre las cuerdas nuevamente a las Bolsas.
El pesimismo de los inversores ahonda jornada tras jornada. El Ibex se dejó ayer un 0,87% y cerró por debajo de 8.200 puntos. Aunque, eso sí, con un volumen por todo lo alto. Se negociaron 2.498 millones de euros, una de las cifras más altas del ejercicio. Los analistas matizan que esta cuantía esta algo distorsionada, puesto que 'lo que se negocia se realiza mayoritariamente en aplicaciones y operaciones especiales'.
La corrección del último día ha prolongado las pérdidas anuales del índice más representativo de la Bolsa española hasta el 2,77%. Excepto Alemania, que sube el 1,84%, e Italia (+1,71%), el resto de las Bolsas ha regresado a terreno negativo. La parisina es la segunda peor de Europa, con un retroceso del 1,87%. El Footsie, por su parte, se deja un 0,15% en el periodo.
La jornada dio para todo. Hubo ganancias, que se situaron hasta en el 0,15% en el caso del Ibex por la mañana, para después llegar a retroceder hasta un 1,33%. La entereza que mostró Wall Street en los primeros compases de la sesión sirvió para calmar los nervios en los mercados del Viejo Continente. Tanto el Dow Jones como el Nasdaq marcaban leves ganancias después de tres días consecutivos a la baja.
El cambio a peor en el comportamiento de los mercados financieros tiene distintos frentes. Por un lado, el recrudecimiento de la crisis en Oriente Próximo (ayer el precio del petróleo superó 28 dólares), nuevos casos de contabilidad dudosa y la oleada de revisiones a peor en los beneficios empresariales. Sin olvidar los problemas en Argentina, que siguen latentes.
Más revisiones a la baja
El gigante japonés NTT ha entrado en la lista de empresas que han defraudado a sus accionistas. Ayer duplicó su estimación de pérdidas para el ejercicio (2201-2002, que se ha cerrado el 31 de marzo) debido a la caída del valor de sus inversiones en el extranjero. La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre las tecnológicas europeas, que se dejaron una media del 1,57%.
Bristol Myers ponía la voz amarga al otro lado del Atlántico, después de que Dell dijera la víspera que cumplirá expectativas. La farmacéutica bajó las previsiones de beneficio y facturación.
Con la atención puesta en el lado empresarial y en Oriente Próximo, la reunión del Banco Central Europeo pasaba inadvertida para los bolsistas. La autoridad monetaria decidió dejar los tipos de interés al 3,75%. Los analistas consideran que la tensión en Oriente Próximo es desde todos los puntos de vista problemática. 'Para las empresas estadounidenses podría tener consecuencias nefastas', comentaban ayer.
El temor de que el conflicto se extienda fuera de Israel y los territorios palestinos, por un lado, y la posibilidad de que los países árabes puedan utilizar el crudo como un factor de presión contra EE UU, principal aliado de Israel, por otro, ha llevado el precio del petróleo al nivel más alto en seis meses.
'Esto es particularmente peligroso para la economía estadounidense, ya que un mayor valor del combustible encarece los costes de las compañías y hacer caer el consumo en un momento en el que comenzaba a vislumbrarse cierta recuperación', señalaba un experto.
A los conflictos internacionales se unen ahora los problemas empresariales. En pocos días se comenzarán a publicar los resultados del primer trimestre. Los analistas no esperan grandes descalabros puesto que 'las empresas han tomado medidas de reestructuración severas'. Pero esto no quita que haya mucho miedo. Y más cuando en estos últimos días han aparecido nuevas revisiones a la baja en las previsiones.
Los mercados descuentan una subida de tipos antes de fin de año
Los mercados no esperaban cambios en los tipos de interés para la eurozona. Y así fue. El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener el precio del dinero en el 3,25%, mientras que alertaba del riesgo que puede suponer para la economía la escalada actual del crudo.
El fin de la política agresiva de bajadas en los tipos que aplicó Alan Greenspan el ejercicio pasado asustó en principio a los mercados, preocupados por un cambio rápido.
Según José Luis Martínez, economista de Citigroup, los mercados están descontando subidas de tipos antes de que finalice el año. Los primeros indicios apuntan a que en el caso de EE UU el alza será de dos puntos, sobre el 1,75% actual, y en Europa, de un punto.
Para este economista estos repuntes no son razonables, ante el riesgo, que los propios bancos centrales reconocen, de finalizar una recuperación incipiente.
El experto espera que la subida se haga con cautela y que comiencen en el tercer trimestre en Estados Unidos y al final de año en la zona europea.
Citigroup espera que los tipos se coloquen al final de año en el 3,5% en ambos casos para continuar la tendencia alcista hasta el segundo trimestre de 2003.
Con respecto a los tipos a largo plazo, el experto no se muestra especialmente agresivo. 'La recuperación económica será fuerte, pero equilibrada', comenta. Opina, asimismo, que las presiones en los precios serán moderadas, que habrá impacto cíclico positivo en los presupuestos públicos y que habrá tranquilidad en los mercados. Como conclusión, Citigroup señala que ante 'la indefinición actual de los inversores [dudas sobre la recuperación y tensiones en Oriente Próximo] pueden favorecer de nuevo a la deuda como instrumento de refugio. 'Será temporal: la tranquilidad la perjudica, con los bancos centrales buscando la neutralidad en la política monetaria', dice Martínez.