Un año para descubrir a Gaudí

Barcelona es una fiesta. El Año Internacional Gaudí es una oportunidad para conocer mejor al audaz autor de la Sagrada Familia

Tradicionalista o vanguardista, gran artista o gran técnico, transgresor o místico. Tras el debate, una realidad, la obra de Gaudí no deja indiferente a nadie. Barcelona rinde homenaje en el 150 aniversario de su nacimiento al arquitecto que más famosa ha hecho la ciudad en el mundo entero. El Año Internacional Gaudí despliega un ambicioso programa de exposiciones, visitas, conferencias, espectáculos, entre otras actividades, para redescubrir la sorprendente arquitectura gaudiana.

La vida de Antonio Gaudí i Cornet (Reus, 1852-Barcelona 1926) está ampliamente documentada. Hijo y nieto de caldereros, enfermizo y de una religiosidad acentuada -hay un proceso de beatificación en marcha-, desde muy pronto dio muestras de una imaginación desbordante para asombro de sus profesores. La primera persona que se preguntó si estaba ante un loco o un genio debió de ser uno de sus examinadores en la universidad; los alumnos de arquitectura tenían que realizar el proyecto de una puerta de entrada a un cementerio, pero Gaudí empezó dibujando un coche fúnebre y unos personajes tristes para crear ambiente. Ese recelo e incomprensión no fueron obstáculos para que sedujera con sus singulares propuestas a una próspera burguesía. Su mejor cliente y protector fue el industrial Eusebio Güell, quien confió totalmente en sus ideas atrevidas e innovadoras, plasmadas en un palacio, una iglesia para una colonia industrial, unos pabellones para su residencia de verano y una ciudad-jardín.

El apoyo privado suplió el oficial; el Ayuntamiento de Barcelona tan sólo le pidió el diseño de las farolas de las plazas Reial y de Palau, y solamente una vez se le otorgó un premio al mejor edificio, precisamente el menos extravagante, la Casa Calvet.

Gaudí dedicó los 12 últimos años de su vida a su obra póstuma, la Sagrada Familia, el proyecto que nació de una profunda crisis espiritual y de la que sólo pudo ver acabado el campanario de San Bernabé de la fachada del Nacimiento. Después de su muerte, atropellado por un tranvía en 1926, su obra entró en un periodo de ostracismo hasta que las corrientes vanguardistas y el movimiento internacional restauraran su nombre como uno de los grandes renovadores de la arquitectura del siglo XX.

Una exposición organizada hace tres años por la Fundación Caixa Catalunya y la Residencia de Estudiantes de Madrid establecía coincidencias entre la biografía de Gaudí y un periodo de transformaciones en el campo de la creación, favorecido por el nacimiento de nuevos materiales para la construcción que proporcionaron grandes posibilidades a las estructuras de los edificios, indispensables para conocer la obra del arquitecto.

Paredes y cubiertas curvas, arcos parabólicos, columnas torcidas, chimeneas helicoidales forman parte de su audaz lenguaje arquitectónico. La precisión de los cálculos gaudinianos se complementa con la libertad de las formas para crear obra únicas. La Casa Vicens, los pabellones en la finca Güell o la Torre Bellesguard, obras en las que su arquitectura ofrece soluciones cada vez más inéditas y personales en la combinación de los elementos arquitectónicos así como en el carácter figurativo y fantástico, inspirados en las formas y estructuras que observaba en la naturaleza. ¿Anticipo ecológico? El Parc Güell, que en principio debía ser una ciudad-jardín de 60 chalés al estilo inglés, tiene trazas de una urbanización ecológica, ya que se procuró no modificar la configuración del terreno, se reciclaron restos de piezas rotas de fábricas de cerámica para realizar los espectaculares mosaicos y se prohibió la tala de árboles.

Lenguaje arquitectónico que alcanzó sus más altas expresiones en la Casa Milà y la Sagrada Familia. La espectacular casa de piedra mandada construir por Pere Milà es hoy en día uno de los edificios más admirados en el mundo. El arquitecto construyó dos fincas con accesos independientes unificadas por una misma fachada de piedra y ritmos ondulantes.

Pero fue en el templo de la Sagrada Familia, el edificio más visitado de Barcelona y símbolo de la ciudad en el mundo, donde el arquitecto recurrió a un lenguaje de paraboloides hiperbólicos, bóvedas convexas, helicoides e hiperboloides para dialogar con Dios. Su construcción dura ya más de un siglo, pero como decía el autor: 'El amo de esta obra no tiene prisa'.

Ver y escuchar la obra del arquitecto

 

Exposiciones

 

 

 

Las exposiciones son la columna vertebral de las actividades programadas para celebrar el 150 aniversario de Gaudí. Una aproximación a la figura del arquitecto desde diferentes perspectivas a través de una treintena de muestras. De todas, tres tienen un peso singular:

 

 

 

 

 

 

Gaudí. Experiencias. Espacio, geometría, estructura y construcción.

 

 

 

Museo d'Història de la Ciutat, Saló del Tinell. Pl. del Rei, s/n

 

 

 

Del 20 de marzo hasta el 27 de septiembre. La muestra estudia hasta qué punto tras unas formas espectaculares y caprichosas se esconde una lógica constructiva absolutamente pragmática.

 

 

 

 

 

 

Universo Gaudí.

 

 

 

Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Montalegre, 5

 

 

 

Del 30 de mayo hasta el 8 de septiembre. Un total de 400 obras acercan al espectador a la personalidad singular de Gaudí, a su manera de trabajar y de crear, a su capacidad para convertirse en un referente artístico del siglo XX.

 

 

 

 

 

 

Gaudí. Arte y Diseño.

 

 

 

Fundació Caixa Catalunya, La Pedrera. Pg. De Gràcia, 92, pral.

 

 

 

Del 17 de junio hasta el 24 de septiembre. En ella se destaca el cuidado que ponía Gaudí en el diseño de muebles y todo tipo de objetos.

 

 

 

 

 

 

fuera de Barcelona

 

 

 

A pesar de que la mayoría de los trabajos del arquitecto se concentra en Barcelona, el Año Gaudí se celebrará también fuera. En España será recordado, entre otros sitios, en Reus, su ciudad natal, y en León, donde el arquitecto dejó su huella en la Casa de los Botines y el Palacio Episcopal de Astorga. Fuera, Roma, Milán, Tel Aviv, Munich, La Haya y Stuttgart acogerán exposiciones sobre el artista.

 

 

 

 

 

 

 

Además, un ambicioso programa de conferencias, seminarios, cursos y talleres para saber más sobre el arquitecto.