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Coyuntura

EEUU aleja el temor a la recesión al confirmar un crecimiento del 1.7%

La economía estadounidense creció el 1,7% en el último trimestre del año pasado, sensiblemente por encima del 1,4% previsto con anterioridad y muy lejos del 0,2% estimado inicialmente. El mantenimiento de un fuerte gasto de los consumidores y el impulso del gasto público hicieron posible que EE UU creciera tras el 11-S al mayor ritmo en todo el año. Sin embargo, la situación de las empresas aún arroja muchas sombras.

La tercera, y definitiva, revisión del PIB de Estados Unidos en el cuarto trimestre volvió a deparar sorpresas. Los economistas apostaban por el mantenimiento del ritmo de crecimiento en el 1,4% calculado en febrero, que ya había supuesto una fuerte revisión sobre la estimación inicial del 0,2%. Pero los pronósticos, una vez más, fallaron.

La Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Comercio, anunció ayer una revisión al alza del PIB del cuarto trimestre hasta el 1,7%. Esas tres décimas de diferencia suponen incrementar el producto interior bruto de EE UU 5.900 millones de dólares (6.726 millones de euros).

En el conjunto del año la economía creció el 1,2%, el ritmo más lento desde la recesión de 1991, cuando el PIB se contrajo el 0,5%.

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Los motores del crecimiento fueron el fuerte consumo personal de los estadounidenses (6,1%) y el gasto público (11,6%), tanto en defensa (9%) como en planes de inversión (16%), donde se incluyen los paquetes de emergencia económica y las rebajas de impuestos aprobadas tras los atentados del 11 de septiembre. La fortaleza del dólar afectó negativamente a las exportaciones (-10,9%), aunque las importaciones también registraron un fuerte descenso (-7,5%), pero menor que en el trimestre anterior.

La fuerte recuperación de la economía estadounidense tras el duro golpe que le propició el 11-S, gracias a los planes de emergencia, las rebajas de impuestos y la agresiva política monetaria aplicada durante todo el año, ha llenado de optimismo a los analistas. Los expertos calculan que la economía estadounidense está creciendo actualmente a un ritmo de entre el 4% y el 6%, según las distintas previsiones.

Pero la Reserva Federal no lo debe de ver tan claro cuando ha optado en su reunión del pasado día 19 por mantener los tipos de interés en su nivel más bajo de los últimos 40 años, el 1,75%, para apuntalar la firmeza de la recuperación. Y la próxima reunión no tendrá lugar hasta el 7 de mayo. Una de las explicaciones de esta cautela pasa por la débil posición que mantiene el sector empresarial.

Dificultades empresariales

Según los datos ofrecidos por el Departamento de Comercio, el beneficio de las empresas antes de impuestos cayó 50.400 millones de dólares (57.456 millones de euros) en el cuarto trimestre, la mayor caída desde el periodo enero-marzo de 1998. La inversión empresarial se redujo por cuarto trimestre consecutivo, un 13,8%.

Estos datos no ofrecen perspectivas positivas de inversión empresarial y de empleo para el primer trimestre del año, dado que las compañías evitarán acometer planes de inversión hasta que la recuperación esté asentada.

En el conjunto del año, los beneficios después de impuestos se redujeron un 15,9%, la primera caída de este indicador desde 1982. Estos datos recogen el impacto del reciente plan de estímulo aprobado por el Congreso, que incluía rebajas de impuestos con carácter retroactivo.

La recuperación, por tanto, no camina aún sobre bases firmes. De hecho, la semana pasada hubo 18.000 nuevas solicitudes de subsidio de desempleo, hasta alcanzar un ritmo estacionalizado de 394.000, el nivel más alto desde enero.

Con las nuevas incorporaciones, el número total de trabajadores recibiendo subsidios de desempleo se situó en 3,526 millones de parados, desde los 3,443 millones de la semana anterior.

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