La renta fija asoma la cabeza
Bonos, pagarés o letras del Tesoro son instrumentos que compiten directamente con los mercados de acciones. En los ambientes bursátiles estos productos apenas han merecido comentarios o reseñas en los últimos cuatro años, porque la política bajista de tipos de interés les restó cualquier atractivo. Es más, determinadas firmas del mercado especializadas en la materia tuvieron que cerrar sus puertas.
Todo ha cambiado de manera brusca en las últimas semanas, justo desde que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, anunciara la buena nueva del fin de la recesión y el comienzo de una etapa de crecimiento.
Tanta alegría entraña, sin embargo, riesgos inflacionistas y, por derivación, giros rápidos en las políticas monetarias. Los mercados de bonos están adelantándose al movimiento alcista de los tipos de interés. En Estados Unidos la apuesta es que subirán en mayo.
La subida de tipos no significa el final de la renta variable, pese a la competencia que supone. Lo peor es que la expectativa de subidas se mantenga en el tiempo.