La banca condiciona el apoyo al grupo Kirch a que su dueño ceda el control
Alemania contempla impresionada como otro de sus grandes grupos empresariales se encuentra al borde del colapso financiero y como su futuro depende de las negociaciones con los bancos. Las entidades acreedoras han ofrecido a la firma alemana una inyección de 800 millones de euros a cambio de que Leo Kirch ceda el control de KirchMedia, una de sus compañías más rentables.
El grupo de comunicación Kirch, propietario de un 25% de la cadena de televisión Telecinco, se encuentra estrangulado por una deuda de más de 6.500 millones de euros y está en manos de las entidades acreedoras. Los paralelismos con el caso Holzmann son numerosos. La primera constructora de Europa tuvo que presentar el pasado jueves suspensión de pagos, ya que no fue posible llegar a un acuerdo con los bancos. Alrededor de 25.000 trabajadores se quedaron en la cuerda floja. En el caso de Kirch, un intrincado imperio de cadenas de televisión, participaciones accionariales y derechos televisivos, hay 9.500 puestos de trabajo en juego.
La constructora Holzmann, ahora en manos de un administrador, podría acabar dividida en partes y vendidos sus negocios más rentables. Se considera improbable que algo así suceda con Kirch, aunque muy posiblemente habrá cambios en su estructura accionarial y órganos de control. Según fuentes cercanas a las negociaciones que mantienen actualmente representantes de Kirch con los acreedores y algunos de los principales accionistas, el magnate Leo Kirch, fundador del grupo, estaría dispuesto a renunciar a su control sobre la compañía con el fin de salvarla. Las principales entidades financieras a las que Kirch debe dinero y algunos de sus accionistas han ofrecido a la firma alemana una inyección de 800 millones de euros a cambio de que Leo Kirch ceda el control de KirchMedia, una de las sociedades del grupo. Desde luego, esta cantidad no solucionaría los problemas del consorcio, pero aliviaría su situación al menos hasta otoño, opinan los expertos. KirchMedia está considerada como el negocio más rentable de Kirch, y el propio Leo y su hijo Thomas son los principales accionistas con un 79% del capital. La compañía no ha hecho por el momento comentarios al respecto.
KirchMedia agrupa el negocio básico del grupo y a esta sociedad pertenecen los derechos cinematográficos, los canales de televisión alemanes SAT 1 y ProSieben y los suculentos derechos de retransmisión de la liga de fútbol alemana y de los Mundiales de este deporte de 2002 y de 2006. Entre los interesados en tomar su control no sólo están los bancos, sino también alguno de los principales accionistas del grupo como el consorcio italiano Mediaset, propiedad del presidente Berlusconi o el magnate mediático de origen australiano Rupert Murdoch. Murdoch pasa por ser uno de los jugadores clave en la crisis de Kirch, ya que, aunque sólo controla un 2,5% de KirchMedia, posee también un 40% de la cadena de televisión de pago Premiere, propiedad de Kirch, y en el sector se cree que aspira a hacerse con el control del grupo alemán.
Insolvencia
En medios financieros germanos se teme que la precaria situación del grupo Kirch acabe en una declaración de insolvencia y permita a un inversor extranjero poner un pie en el mercado de la comunicación alemán. Se cita al grupo francés Vivendi Universal y al estadounidense AOL Time Warner, pero es sin duda el consorcio de Rupert Murdoch el que más suena en la prensa alemana como posible candidato. El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo recientemente, incluso, que Murdoch ha encargado a una empresa auditora la elaboración de un estudio sobre Kirch, una medida que se suele llevar a cabo para evaluar el precio de una compañía.
Rupert Murdoch tiene al menos el poder necesario para poner a Kirch en serias dificultades financieras. El magnate australiano quiere utilizar el próximo otoño una opción de venta por su participación en Premiere, una firma deficitaria, que obligaría a Kirch a desembolsar 1.500 millones de euros.