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FUTURO
Columna
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Invitación al optimismo

Estamos viendo ya signos de recuperación económica. Antonio Morales destaca cómo la banca de inversión, la oveja negra de los dos últimos años, empieza a centrar la atención de las firmas de análisis

Se han escrito cantidad de renglones sobre las buenas perspectivas para los mercados de acciones durante los próximos meses, se han dado -o hemos dado- multitud de explicaciones y razonamientos que las sustenten.

Hay uno importante, M&A, ¿les suena? Sí, fusiones, adquisiciones; en fin, operaciones corporativas.

¿Recuerdan las épocas en las que las salidas a Bolsa de nuevas compañías, privatizaciones, ofertas públicas de adquisición, etc., estaban a la orden del día? Pues esas épocas también volverán.

Es cierto que antes del estallido de la burbuja financiera, este mercado parecía haberse vuelto loco. En el mercado americano todos los días salían a cotizar nuevas compañías, que sólo con el apellido .com producían enormes beneficios para los inversores que eran afortunados en las adjudicaciones. Revalorizaciones, en muy pocos días, de más del cien por cien eran habituales.

En Europa, aunque por fortuna no se desencadenó una fiebre de ese calibre, también padecimos las consecuencias del exceso derivado de la euforia americana.

En cualquier caso, todas estas operaciones supusieron pingües beneficios para muchos de los participantes en el mercado, y éstos también terminaron pagando los excesos.

Las consecuencias no se dejaron sentir solamente en las TMT, que continúan siendo las más cuestionadas después de tanto tiempo, y donde aún el mercado podría primar una vuelta atrás en aquellas decisiones, a pesar de las repercusiones financieras que esto tuviera para las compañías.

En sectores como el financiero también se ha cuestionado mucho la eficiencia de estas estrategias, y no sólo tenemos los ejemplos de los bancos españoles y sus intereses en Latinoamérica.

Morgan Stanley apostó por el mercado español, adquirió AB Asesores, decisión estratégica acertada como se ha confirmado. Desde que se realizó la operación, hemos conseguido crecer en cuota de mercado, incluso en un entorno tan negativo como en el que nos hemos tenido que desenvolver.

Sin embargo, la reactivación de este sector de la actividad corporativa, puede ser uno de los principales signos del cambio de ciclo, y uno más de los que nos inviten al optimismo.

Estamos viendo ya signos de recuperación económica. Hasta Greenspan en su última comparecencia habló ya de ella, y esta semana desde el Banco Central Europeo, Otmar Issing, miembro del comité ejecutivo, también se refirió a que la economía europea tocó fondo en la última parte del año 2001, y que, además, la inflación permanecerá bajo control durante los próximos meses.

Dentro de los distintos tipos de actividades bancarias, la de la banca de inversión ha sido la oveja negra de los dos últimos años; sin embargo, si leemos las recomendaciones de las principales firmas de análisis, éstas comienzan a cambiar de sesgo, empezando a hablar los más osados de la toma de posiciones en este tipo de entidades.

Si este sector de actividad confirma su recuperación, y continuamos leyendo en la prensa anuncios de fusiones, salidas a bolsa, adquisiciones, etc., podemos estar tranquilos, porque entonces esta recuperación sí será la buena.

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