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Una palabra que puede valer 294 millones

Un jurado decidirá con qué intención utilizó el presidente de Deutsche Bank una palabra. æpermil;sta animó a accionistas de Bankers Trust a vender sus títulos al interpretar que no se iba a fusionar con el banco alemán Texto Paula Gil

El uso de la palabra æoelig;bernahmegesprache (conversaciones de fusión) puede salirle caro al alemán Deutsche Bank, el primer banco de Europa. La entidad se enfrenta a la querella de un grupo de accionistas de la estadounidense Bankers Trust, entidad con la que se fusionó en 1998, que le puede costar 294 millones de euros (48.900 millones de pesetas).

Un juez estadounidense ha desestimado el recurso del Deutsche contra la querella de los accionistas, que acusan al presidente del banco alemán, Rolf Breuer, de haberles mentido y provocado con ello graves daños económicos.

Todo ocurrió en octubre de 1998, durante una entrevista concedida por Breuer al semanario germano Der Spiegel. El presidente de Deutsche Bank aseguró a la revista que la entidad, que ya entonces presidía, no se encontraba en conversaciones avanzadas de fusión con el estadounidense Bankers Trust.

El directivo utilizó la palabra alemana æoelig;bernahmegesprache, término que se traduce precisamente como 'conversaciones de fusión'. Las palabras de Breuer animaron a muchos accionistas de Bankers Trust a desprenderse de sus títulos. Sin embargo, un mes después Deutsche Bank y Bankers Trust anunciaban que las negociaciones para fusionarse en una única entidad estaban muy avanzadas y poco después ambas entidades alcanzaban un acuerdo para su unión en un solo banco. La confirmación llegaba demasiado tarde para muchos accionistas que ya habían vendido sus títulos y habían perdido dinero.

Ante los juzgados, Breuer se ha defendido argumentando que utilizó el término æoelig;bernahmegesprache para significar 'avanzadas conversaciones de fusión' y no, sencillamente, 'conversaciones de fusión'. Como el caso es que las conversaciones se encontraban entonces en un punto inicial, sostiene que no mintió. El juez neoyorquino John Koeltl ha decidido que será un jurado el que decida sobre la intencionalidad de las palabras de Breuer y si el Deutsche Bank tiene finalmente que satisfacer la demanda de los 294 millones de euros.

Esta no es la primera vez que Breuer se ve en apuros por una palabra o una frase pronunciada en público. En el año 2000, cuando Deutsche Bank y Dresdner Bank mantenían conversaciones para una fusión que finalmente fracasó, Breuer aseguró que Dresdner Bank Kleinwort Benson (DrKB), filial de banca de inversión de su posible socio, era 'una joya' y que no tenía ninguna intención de venderla una vez que ambos bancos se hubiesen unido. Sin embargo, más tarde quedó claro que Deutsche Bank se desprendería de la filial de banca de inversión por considerar que se solapaba con sus propias áreas de negocio, lo que provocó que la fusión entre ambos gigantes financieros fracasara.

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