Prodi pide a los Quince que hagan realidad sus promesas de liberalización económica
La Unión Europea se juega en la cumbre de Barcelona 15.000 millones de euros en costes energéticos para las empresas, un incremento anual del 0,5% del PIB por la liberalización de los mercados financieros y la creación de 20 millones de puestos de trabajo hasta 2010, según advirtió ayer el presidente de la Comisión Europea.
Romano Prodi instó a los líderes europeos a 'concentrarnos en pocos puntos' para lograr avances en la liberalización del mercado energético, la integración de los mercados financieros y la flexibilización de las leyes laborales.
La prioridad para Prodi en Barcelona es 'cumplir los objetivos y medidas ya acordados, no pactar otros nuevos'. El italiano pide a los presidentes de Gobierno 'que den instrucciones a sus ministros para que conviertan los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo en normas comunitarias de obligado cumplimiento'.
En su habitual tono errático y disperso, Prodi abordó también al actual enfrentamiento entre Bruselas y Berlín. 'æpermil;l me critica, yo le critico', describió los altercados verbales de los últimos meses con el canciller alemán Gerhard Schröder. 'Ya nos veremos las caras y hablaremos (...), pero creo que he hecho un trabajo coherente', defendió su actuación al frente del Ejecutivo desde 1999.
Berlín se ha opuesto a varias iniciativas comunitarias en los últimos meses. Hoy mismo, Alemania será uno de los países más reacios a una filial del Banco Europeo de Inversiones para financiar el desarrollo del Mediterráneo.
El vicepresidente español, Rodrigo Rato, presidirá esta noche en la capital catalana un Consejo de Ministros de Economía y Finanzas extraordinario, último intento de salvar la propuesta del banco. Los 15 titulares buscarán una salida de compromiso para trasladarla al Consejo Europeo del día siguiente. La propuesta puede oscilar entre una filial del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que colmaría las expectativas de la presidencia española, o una línea de crédito, como quieren los países septentrionales de la UE.