Credit Suisse prevé un año difícil y menor rendimiento en sus filiales
Credit Suisse, uno de los cinco primeros bancos europeos por capitalización, prevé que 2002 será un ejercicio complicado y cree que sus dos filiales de banca de inversión y de banca privada y corporativa tendrán un menor rendimiento.
A la caída del beneficio en un 73% el año pasado (hasta 1.089 millones de euros) y las pérdidas de 564 millones en el último trimestre se unen varios escándalos que han salpicado la figura del presidente, Lukas Muehlemann, quien afirmó ayer públicamente que no piensa dimitir.
En relación con los resultados, que el segundo banco suizo ya adelantó en febrero y ayer presentó con más detalle, Muehlemann también señaló que no puede garantizar que los ingresos aumenten este año por encima de los obtenidos en 2001.
El rendimiento de Credit Suisse First Boston (CSFB, la filial de banca de inversión) 'se situará por debajo del nivel de 2001' y el resultado de Credit Suisse Financial Services (dedicada a banca privada y corporativa) 'no superará al del año anterior', según el banco suizo, que prefiere mostrarse 'prudente'.
La filial de inversión registró pérdidas en igual cuantía al beneficio obtenido por banco en global (1.089 millones de euros). La máxima prioridad del banco para este año será el recorte de gastos, 'lo que nos permitirá tener una mejor posición en el mercado', afirmó su presidente.
Muehlemann insistió ayer en que no abandonará ninguno de sus dos cargos (presidente del consejo de administración y del directorio) a pesar de las críticas recibidas por varios escándalos. Entre ellos, la entrevista que mantuvo con el presidente del Banco General de Negocios Argentino, bajo el que pesa una orden de búsqueda por supuesto blanqueo de dinero; el supuesto consejo de CSFB al gigante estadounidense Enron para vender participaciones no rentables, y la relación con los fondos de un ex dictador nigeriano.
Cambios en el AIB
Por otra parte, se espera que el primer banco irlandés Allied Irish Banks (AIB) presente hoy los nombres de los ejecutivos que destituirá a causa del fraude que le costó 785,6 millones de euros. Entre ellos, según fuentes bancarias, puede figurar el del propio consejero delegado de la matriz, Michael Buckley, informa Jules Stewart. Pero lo más probable es que la lista quede reducida a los tres principales ejecutivos de Allfirst, la filial en EE UU donde se produjo el fraude. El principal acusado, el intermediario John Rusnak, asegura que al menos una de sus operaciones tenía el visto bueno de los directivos de la filial.