El presidente de Crédit Suisse deberá responder ante acusaciones de fraude
El presidente del Crédit Suisse, Lukas Mühlemann, deberá responder mañana de una serie de escándalos relacionados con un banco argentino, los fondos de un dictador nigeriano y las quiebras de Enron y Swissair.
Mühlemann, presidente del directorio del banco desde enero de 1997 y de su consejo de administración desde mayo de 2000, contestará a los periodistas sobre las múltiples acusaciones que pesan sobre el segundo grupo bancario de la Confederación Helvética, después de UBS.
Entre las acusaciones figuran la entrevista que mantuvo el pasado enero en Zúrich con José Rohm, presidente del Banco General de Negocios (BGN), de Argentina, acusado por la Justicia de su país de blanqueo de dinero, fuga de capitales y de asociación ilícita, entre otros delitos.
Sobre Rohm pesa una orden de detención internacional, que la Oficina Federal de Justicia de Suiza no ha tenido en cuenta ya que los motivos aducidos por la justicia argentina no son suficientes para su arresto en este Suiza. El grupo Crédit Suisse controla un 23% del capital del Banco General de Negocios, acusado de violar las leyes y permitir exportar grandes fortunas hacia paraísos fiscales en medio de la crisis del país suramericano.
Según el semanario suizo "L'Hebdo", el sistema establecido entre las dos entidades permitió evadir entre 50 y 70 millones de dólares entre diciembre y enero pasados. Lukas Mühlemann es miembro del consejo de administración del Banco General de Negocios, y desde el 28 de enero intenta abandonar el puesto, lo que no ha podido hacer porque las leyes bancarias argentinas exigen que den su aprobación los accionistas.
Mühlemann y su entidad también fueron denunciados en septiembre de 2000 por la Comisión Federal de Bancos de la Confederación Helvética por falta de diligencia en el asunto de los llamados "fondos Abacha". Cerca de 215 millones de dólares vinculados a dos hijos del fallecido dictador nigeriano Sani Abacha habían sido supuestamente depositados en cuentas zuriquesas del banco.
El efecto dominó de Enron
Según el diario "The Financial Times", el Crédit Suisse First Boston (CSFB) animó al gigante energético estadounidense Enron a expurgar de su balance las participaciones no rentables y a venderlas en el mercado. Según el semanario económico suizo "Cash", sólo en 2000 esas operaciones generaron 240 millones de dólares de comisiones, que se repartieron siete bancos, entre ellos el CSFB y su filial Donaldson, Lufkin & Jenrett, adquirida en noviembre de hace dos años.
En declaraciones que hizo el sábado al diario "Neue Zurcher Zeitung", Mühlemann señaló que todas esas transacciones fueron debidamente documentadas y habían recibido, además, la luz verde de las autoridades encargadas de fiscalizar el sector.
Otra acusación procedente de EEUU es que el Crédit Suisse First Boston recomendó a los inversores comprar acciones de Enron hasta el 29 de noviembre, tres días antes de la catástrofe de esa empresa.
Los analistas del banco aseguran que no estaban al corriente de la situación debido "a la muralla china que separa las actividades de la banca de inversiones de las operaciones bursátiles".
El semanario "Cash" menciona, asimismo, la posibilidad de que el Hypovereinsbank, de Luxemburgo, y el holandés ABN Amro, entre otros, se querellen contra el Crédit Suisse por los perjuicios sufridos al conceder a finales de 2000 a Swissair un crédito por unos 530 millones de dólares. El banco suizo avalaba la credibilidad del grupo aéreo, que iba a suspender pagos poco después.
En círculos bancarios de este país se cree que, dadas todas esas circunstancias, cada vez parece más verosímil que Mühlemann renuncie a uno de los dos cargos que ocupa al frente del grupo: la presidencia del consejo de administración y la de su directorio.