El regulador bursátil de EE UU exige a Worldcom más datos de sus cuentas

Con un nivel de tolerancia cero sobre cualquier cuestión contable de una empresa, las dudas que la SEC (comisión del mercado de valores en EE UU) tiene sobre las cuentas de Worldcom le han llevado a solicitar formalmente más información a la empresa. La autoridad bursátil quiere que la operadora le detalle algunas transacciones contables y le informe sobre los préstamos a sus ejecutivos. Las acciones de la compañía cayeron ayer un 11,99%.

La segunda operadora de larga distancia de EE UU tiene que entregar a la SEC los contratos de servicios con sus clientes y dar detalles sobre las prácticas contables aplicadas a su fondo de comercio. La autoridad bursátil quiere examinar también la política de personal de la empresa y los créditos concedidos a los ejecutivos, particularmente los que le han hecho acreedora de su presidente. Bernard Ebbers recibió un préstamo de 228,5 millones de euros.

Desde la operadora se ha asegurado que sus operaciones contables están perfectamente de acuerdo con los estándares contables y las leyes en vigor.

Worldcom se suma así a la lista de empresas de alta tecnología que están bajo la lupa de la SEC. El lunes este organismo amplió su radio de estudio sobre las cuentas de Qwest y desde enero tiene toda la información sobre la quebrada Global Crossing. El mercado ha respondido con nerviosismo y la credibilidad de Ebbers se erosiona.

Las acciones de la compañía ya han sido castigadas y en lo que va del año la pérdida ronda el 45% del valor. Los inversores, que han visto como los beneficios de la empresa cayeron un 64% en el cuarto trimestre, temen que el futuro de la compañía esté comprometido por la caída de los ingresos, la competencia de las operadoras locales y las dudas sobre capacidad instalada de Worldcom.

Ayer mismo Merrill Lynch rebajó su calificación sobre la compañía por el amplio espectro de la investigación de la SEC sobre la empresa. Desde UBS no se descarta que haya una reformulación a la baja de los resultados de la empresa de Ebbers.

Auditoras

La SEC también quiere examinar la correspondencia de la operadora de telecomunicaciones con su auditor, Andersen. Esta firma es la auditora también de las otras dos empresas bajo escrutinio. Pero el estrechamiento del cerco sobre estas empresas es un problema adicional menos urgente para Andersen. La firma presidida por Joseph Berardino tiene hasta el jueves para llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia sobre su culpabilidad por la destrucción de documentos relativos a Enron.

En EE UU, y a diferencia de España, se puede actuar criminalmente contra las empresas y no sólo contra sus ejecutivos o representantes legales. No está claro aún cuál será el destino de esta posible acusación criminal por obstrucción a la justicia que se prepara desde este departamento del Gobierno, pero de momento siguen las conversaciones entre ambas partes. Se espera que mañana llegue el jefe de la división penal del departamento, Michael Chertoff, de viaje oficial.

Desde Andersen se trata de explicar que la destrucción de documentos es un acto achacable a una sola de sus oficinas, la de Houston. En Justicia, sin embargo, se maneja la hipótesis de que Andersen no puso los mecanismos necesarios para que esto no ocurriera.

Los expertos creen que esta querella sería letal para Andersen y su credibilidad. La firma está en un momento muy delicado porque en el calendario su crisis coincide con las juntas de accionistas donde normalmente se deciden o se presentan la decisión de cambiar de auditor.

La firma de Berardino continúa unas difíciles negociaciones con Deloitte & Touche para ser adquirida por esta firma. Andersen ha mantenido contactos con el resto de las auditoras pero sólo ha entablado conversaciones con Deloitte. Sin embargo, en Europa las cosas no están claras. Muchos de los socios han expresado su malestar con estas conversaciones. Andersen US no sólo tendrá que negociar con Deloitte & Touche sino también con sus descontentos socios en el resto del mundo, que también están sufriendo la crisis.