Los titulados de FP cobran un 40% más que los universitarios en el primer empleo
Inmersos en una de las reformas educativas de mayor calado de los últimos años, numerosos estudios ponen de manifiesto la trascendencia que tiene la formación en el acceso al mercado laboral. Según el Consejo Económico y Social (CES), los universitarios tienen una tasa de desempleo un 38% más baja que la media nacional, aunque son los estudiantes de Formación Profesional quienes se colocan antes y cobran un 40% más de suelo en su primer empleo.
Un análisis pormenorizado del desempleo por niveles de educación permite comprobar cómo el mercado de trabajo está evolucionando hacia una progresiva mejora de las oportunidades de empleo de la población con cualificación media-alta, mientras que se detecta un repunte del paro de aquellos colectivos sin estudios o que sólo cuentan con formación primaria.
Un primer diagnóstico del mercado laboral español permite, por tanto, concluir que cada vez hay una mayor necesidad de mano de obra más cualificada, aunque subsisten al tiempo problemas de falta de personas con cualificaciones intermedias, así como las dificultades de integración de los más cualificados.
Según un extenso estudio elaborado por el CES, existen dos claros efectos del desempleo sobre la escolarización. Por un lado, el paro juvenil incentiva la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo. Por otro, el paro agregado de la población adulta desincentiva la realización de estudios secundarios, lo que puede reflejar un efecto negativo sobre las expectativas de desempleo en el futuro.
El mismo informe establece que España es uno de los países de Europa que cuenta con un menor nivel formativo profesional. Sólo el 17,1% de la población activa tiene estudios secundarios, frente al 41,7% de media europea. En el curso 1999/2000 había un 18% de estudiantes universitarios frente al 5% de estudiantes de Formación Profesional (FP).
Sin embargo, en el curso 2001/2002, y según los datos de nuevas matriculaciones que maneja el Ministerio de Educación, por primera vez se ha producido un incremento neto de más de 7.000 estudiantes en la Formación Profesional, frente a un nuevo descenso en el número de matrículas universitarias, en esta ocasión del 3,35%, por el efecto demográfico.
Inserción laboral
Así, la reciente reforma de la Formación Profesional parece haber comenzado a dar sus frutos, ya que los estudiantes han recuperado el interés por este nivel académico, que, en numerosas ocasiones, se ha mostrado como nicho importante de empleo.
Las cifras del Inem son prueba de ello. De las 102.089 ofertas que en marzo de 2000 (en plena fase expansiva de la economía) quedaron sin cubrir, el 58% requería obreros cualificados o trabajadores con estudios de Formación Profesional.
El informe elaborado por el CES redunda en esta idea y asegura que en la distribución de los niveles de inserción laboral por nivel académico se revela que el mayor éxito se produce entre los alumnos cuyo nivel formativo es la Formación Profesional. Con la aplicación de la nueva ley de FP, se trata de paliar la histórica deficiencia de mano de obra cualificada y de mitigar la también tradicional concentración de los alumnos en determinadas familias profesionales.
Así, mientras el 68,3% del alumnado de Formación Profesional de primer y segundo grado y el 50,3% del alumnado de los módulos profesionales de grado medio y superior se concentraban en las ramas de administración, electricidad-electrónica y sanidad, las familias profesionales con mayor tasa de inserción (superior al 75%) fueron automoción, fabricación de equipos electromecánicos, industrias alimentarias e industria pesada, entre otras.
Lo que parecen concluir todos los informes y estadísticas consultadas es que la Formación Profesional no crea falsas expectativas laborales. Según una encuesta elaborada por las Cámaras de Comercio, el 63% de los alumnos de este nivel educativo encuentra trabajo una vez finalizadas las prácticas en empresas. De esa cifra, un 89% es empleado en la misma actividad profesional de la titulación que ha cursado.
Además, el informe destaca que el 35% de los estudiantes que realizan prácticas son contratados en la misma empresa; el 28% logra un empleo en otro centro de trabajo; el 13% continúa con sus estudios y el 24% se encuentra en paro. El porcentaje de desempleo es menor en los ciclos de grado superior, un 12,2%, frente al registrado en los de grado medio, que se sitúa en torno al 33%.
El perfil de la compañía que más colabora para acoger a los alumnos de Formación Profesional responde a una pequeña o mediana empresa (pyme) de entre 21 y 50 empleados del sector servicios, especialmente de las ramas de administración y marketing. Además, por regla general, no sólo acogen a uno, sino a dos alumnos durante el curso.
Por último, este sondeo también recoge la valoración que hacen todos los protagonistas involucrados en el sistema de enseñanza de la Formación Profesional.
Entre las opiniones recogidas a los alumnos, destacan como aspecto positivo que su paso por las empresas supone una aplicación y ampliación de los contenidos aprendidos en clase, mientras el aspecto negativo que suelen reseñar es que las prácticas representan mucho trabajo, poco aprendizaje y un alto nivel de exigencia sin percibir salario alguno.
De hecho, el 12,4% de los tutores de los centros educativos encuestados cree que algunas empresas utilizan al alumno para ocupar un puesto de trabajo sin remunerar.