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Las Bolsas del euro

Bruselas, la gran olvidada

La entrada en Euronext no ha provocado el ansiado flujo de capitales hacia la Bolsa belga, donde predominan los valores tradicionales

La de Bruselas es uno de los patitos feos de las Bolsas europeas. La ansiada integración en Euronext, la fusión entre las Bolsas de París, Amsterdam y Bruselas, se vio en su momento como una oportunidad única para atraer capitales hacia el mercado de valores belga. El resultado, sin embargo, dista mucho de ser así. La fusión de los tres mercados, en septiembre de 2000, coincidió con una época de vacas flacas para las Bolsas que no favoreció en absoluto la integración y menos aún a la Bolsa de Bruselas. El mercado belga tenía un peso en Euronext, en términos de capitalización, del 8% a 31 de enero de este año. Ello incluyendo no sólo Amsterdam y París, sino también Lisboa, recientemente incorporada a la plataforma bursátil.

'En el primer año operativo de Euronext, la Bolsa de Bruselas se ha mostrado incapaz de beneficiarse de una plataforma más amplia', apuntaban los analistas de DMR, sociedad de valores belga, en un informe fechado el 31 de diciembre de 2001. 'La mayoría de los mercados se mantuvieron dominados por inversores locales tradicionales. Pocos sintieron la necesidad de salir de sus fronteras, al encontrar sus mercados domésticos lo suficientemente grandes', añaden. Para esta casa de análisis, a consecuencia de aquello -dado que inversores franceses y holandeses optaron por invertir en sus propios mercados- numerosas compañías belgas se quedaron sin analistas internacionales que las cubrieran.

Todos estos acontecimientos han lastrado la evolución de la Bolsa de Bruselas, hasta el punto de que el índice Bel 20, que contiene a las 20 mayores compañías del mercado, ha cerrado en negativo los últimos tres ejercicios. Ni siquiera a lo largo de 1999, año de abultadísimas revalorizaciones en todas las Bolsas del mundo, el índice belga logró cerrar con ganancias. Frente a una subida del Euro Stoxx 50 del 46,74% aquel año, el Bel 20 registró una caída del 4,95%. Los dos siguientes ejercicios, más en línea con el resto de las Bolsas mundiales, el índice registró caídas del 9,46% y del 8,02%, respectivamente.

La Bolsa de Bruselas es un mercado peculiar, en la medida en que la presencia de valores de la nueva economía es bastante reducida, en comparación con la de compañías tradicionales. Los valores de más peso en el índice Bel 20 son tres: Fortis Bank, la aseguradora Dexia y la eléctrica Electrabel. Estos tres valores tienen un peso conjunto superior al 50%, lo que da una idea del carácter defensivo de la Bolsa de Bruselas. Ni siquiera este perfil, sin embargo, ha conseguido que el mercado belga haya servido de refugio en momentos de fuertes caídas bursátiles como las de los dos últimos años. 'Su evolución, pese a las caídas, ha sido mejor que la de otros índices europeos', matizan en ING Investment Managers.

Son muchos los problemas que arrastra Bruselas y que, hasta el momento, la integración en Euronext no ha sido capaz de solucionar. Entre ellos, la falta de liquidez es uno de los lastres del parqué belga. En los últimos 10 años, un buen número de las mayores compañías del mercado han sido adquiridas por otros grupos, principalmente franceses. Es el caso de Petrofina, de la eléctrica Tractebel, la aseguradora Royal Belgue y el holding Générale de Belgique. Entre tanto, en los dos últimos años tan sólo ha habido dos salidas a Bolsa lo suficientemente grandes como para insuflar algo de liquidez al mercado: la de Agfa Gevaert, compañía de material fotográfico, y la de Interbrew, fabricante de cerveza.

A este último fenómeno hay que añadirle la actitud de los inversores institucionales belgas, que a lo largo de los últimos años han internacionalizado sus inversiones, vendiendo para ello acciones de Bruselas. Según el último informe de Schroders Salomon Smith Barney sobre flujos de fondos en Europa, a finales del tercer trimestre de 2001, un 21,6% de los activos de los fondos de inversión belgas estaban invertidos en valores extranjeros, frente a un 1,7% invertidos en la Bolsa de Bruselas. En 1996 el porcentaje destinado a acciones belgas era del 4,6%, mientras que tan sólo un 7,1% estaba invertido en Bolsas extranjeras.

'Pueden pasar años antes de que esta situación se modifique y entremos de nuevo en la escena internacional', apuntan en DMR. 'Irónicamente, sería necesaria otra adquisición e incluso una severa batalla por alguna de las escasas compañías interesantes que hay. Este agresivo movimiento podría inspirar a la gente a buscar otras oportunidades en Bélgica y, honestamente, creemos que hay suficientes oportunidades', añaden.

Con respecto a esto último, hay bastante unanimidad entre las casas de valores. La Bolsa belga no experimentó en 1999 las abultadas revalorizaciones de otras plazas europeas, ni tampoco las fuertes caídas desde máximos que comenzaron en marzo de 2000. 'Actualmente las empresas belgas tienen una valoración mejor que la de sus homólogas europeas', aseguran en ING Investment Management. Los analistas de Schroders Salomon Smith Barney comparten esta opinión y, en su último informe de estrategia europea, recomiendan sobreponderar el Bel 20 en cartera y lo sitúan a niveles de 3.300 puntos en un plazo de 12 meses. Esto supone una revalorización cercana al 20%. 'La confianza del consumidor belga ha mejorado y eso hará que la Bolsa vaya en línea con las plazas europeas', aseguran en ING Investments.

Esta entidad, sin embargo, advierte del menor crecimiento que se espera en el sector bancario belga, el de mayor peso de la Bolsa de aquel país. No en vano, Fortis Bank advirtió a finales del mes pasado de que su beneficio operativo podría caer un 5%, frente al crecimiento esperado del 11%. Esta noticia ha provocado en las últimas semanas una rebaja de recomendaciones por parte de las casas de análisis. 'Mientras que Fortis aparece atractivamente valorado y tiene un creíble programa de sinergias de costes, es demasiado pronto para alegrarse', aseguran en Morgan Stanley. 'Las incertidumbres se mantienen, incluyendo las crecientes provisiones por préstamos impagados, el descenso de los ingresos y la depreciación de la cartera'. El banco de inversión mantiene una posición neutral, a la espera de los resultados, que se publican el 13 de marzo.

'El mercado no puede estar contento', aseguran los analistas del grupo KBL. 'Hay que recordar, además, que el número de acciones de Fortis aumentó en 2001, con lo que el descenso del beneficio operativo por acción es todavía mayor'. La entidad, pese a todo, recomienda todavía acumular títulos del banco belga.

Con respecto a Electrabel, la sexta eléctrica de Europa, las perspectivas tampoco son excesivamente optimistas. La compañía, un 42% de cuyo capital está en manos del grupo Suez, ha registrado una caída de su beneficio del 5% en 2001 a raíz de la rebaja de precios de la energía en Bélgica y Holanda. Entre los últimos análisis, tras conocerse estos resultados, predomina la cautela. 'Dada la falta de un catalizador positivo a corto plazo y el bajo volumen de contratación medio de Electrabel, preferimos a su matriz, Suez', apuntan en KBL. 'Debido a la valoración actual de Electrabel -en lo alto del sector regulado de servicios públicos- mantenemos la cautela a corto plazo', añaden los analistas de Merrill Lynch.

Sin embargo, no todo son malas perspectivas para los valores belgas. La aseguradora Dexia goza de buenas recomendaciones por parte de las casas de análisis, con cuatro recomendaciones de compra y ocho de sobreponderar en los últimos 30 días, según los datos recopilados por la compañía francesa JCF. Paralelamente, las mejores recomendaciones se centran en Interbrew y Delhaize, dos valores del sector alimentario.

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