No a una guerra comercial con EE UU
Resulta extraño, por no decir ofensivo, que la nación que predica más apasionadamente la globalización sea una de las más proclives a restringir las importaciones y el libre comercio cuando la globalización amenaza sus intereses a corto plazo.
Es un lamentable asunto, y llega en un momento particularmente difícil para la economía mundial. (...) Pero será mucho más peligroso si la UE impone sus propias barreras contra las importaciones de acero o se embarca en represalias contra EE UU. Como se vio en la guerra del plátano, estas disputas comerciales pueden sufrir una escalada y causar mucho más daño económico a todos (...).