Recesión, desconfianza y consumo en Argentina

Los inversores privados del exterior no cuentan todavía con el aliento, los incentivos y las condiciones que les hagan concretar proyectos en el país [Argentina]. Y no pocos argentinos, poseedores de capitales en el extranjero, todavía no conciben la posibilidad de repatriar esos fondos. Otros, por su parte, prefieren comprar dólares.

Este cuadro recesivo lo es (...) también de desconfianza, expresado en el consumo y en las inversiones, y sus causas más visibles son el corralito financiero y la crisis económico-política.

Se espera que la flexibilización del corralito pueda comenzar a revertir algunas de estas manifestaciones (...). Pero sobre todo le corresponde a las autoridades políticas contribuir a la reconstrucción de la sensación de confianza, con miras al futuro de la comunidad, a fin de que tanto el consumo como el ahorro vuelvan a transitar por carriles normales y previsibles.

La recuperación de la confianza tendrá, además de repercusión en el consumo -y con ello en la producción y el crédito-, otra expresión dinamizadora e imprescindible para que el Estado pueda cumplir sus tareas ineludibles: tal será el tan anhelado incremento de la recaudación fiscal.