Doble o nada en la Convención de la UE

La Unión Europea se lanza a una nueva aventura: se ha dotado de una Convención para intentar diseñar los medios que aseguren su supervivencia. Nada menos. Porque es un doble o nada (...).

En un año se decidirá entre los dos extremos, o la llegada a una Constitución que se ponga ante los Gobiernos europeos como un hecho consumado o [las partes negociadoras] se enzarzarán en una nueva trifulca (...).

Al menos, los miembros de la Convención [que ha empezado sus trabajos esta misma semana] se beneficiarán de una absoluta ruptura en el método [de trabajo] (...). Y la colaboración de la sociedad civil en sus trabajos permite confiar en que no se repitan las eternas llamadas sobre la necesidad de aproximar las instituciones a los ciudadanos.

Estos famosos ciudadanos, especialmente cuando se trata de los jóvenes, que han nacido ya con la Europa [común], son menos temerosos que los políticos en cuanto a la necesidad de integración y de una dosis creciente de federalismo en Europa. Aunque hay que presentarles un proyecto digno de interés y de debate.