'La negociación se cerrará en 2002 e ingresará al año siguiente'
Tras tres años como jefe de la comisión negociadora, Cibrian está convencido de que la República Checa cumplirá el calendario trazado para su ingreso en la UE porque 'está bien preparada y cuenta con el respaldo de casi todos los socios comunitarios'.
Pregunta. ¿Cuál es el actual estado de las negociaciones?
Respuesta. En la actualidad se han cerrado 24 capítulos de los 30 incluidos en la negociación. Pero, por encima de las cuestiones técnicas, destacaría lo preparado que se encuentra el país para todas las citas del calendario: las negociaciones se cerrarán a finales de 2002, los tratados de adhesión se firmarán y ratificarán en 2003 y la República Checa participará en las elecciones europeas en 2004.
P. Recientemente se ha aprobado la partida para la reestructuración de política agrícola, regional y presupuestaria. ¿Está de acuerdo con la financiación propuesta?
R. Creo que ninguna de las negociaciones es insalvable siempre y cuando se respeten los términos del acuerdo (que haya 10 países dentro de la negociación, que se cumplan las perspectivas financieras suscritas en Berlín y la transposición del acervo comunitario). En política agrícola y regional no creo que haya ningún problema para que se aprueben los capítulos durante la presidencia española, mientras que el transporte y la competencia pueden presentar algunos problemas.
P. ¿Qué quejas tiene el país en estos asuntos?
R. Respecto al transporte, la República Checa no parece dispuesta a aceptar la moratoria de cinco años para ver abiertos los mercados de cabotaje mientras que a otros países de la zona, como Eslovenia, se les ha dado un plazo más corto. En cuanto a la competencia, no estamos de acuerdo con lo acordado en el Tratado de Niza en el que se le dieron dos diputados más a Portugal, Bélgica y Grecia que a la República Checa. Creo que el reparto es injusto si atendemos a la población de los cuatro países, claramente superior en el caso de la República Checa.
P. ¿Está teniendo problemas en la transposición del acervo comunitario?
R. Creo que hay dos problemas fundamentales, aparte de lo señalado anteriormente en materia de transporte y competencia, que sería recomendable tener cerrados antes de la finalización de las negociaciones: la creación de una Ley de la Función Pública, para acabar con determinados privilegios o licencias de la clase política, y la reestructuración del sector siderúrgico, de la que parece que se va a encargar una sociedad extranjera con ayudas estatales.
P. ¿Está resuelto el conflicto con Austria por la central de Temelin?
R. No, y ésta es la única relación tirante con un socio comunitario, ya que los demás han expresado su apoyo total a la candidatura. El problema con Austria viene de mucho antes, ya que quieren eliminar los Tratados de Benes firmados después de la Segunda Guerra Mundial por los que se expulsó del territorio de los Sudetes a los alemanes y austriacos de procedencia alemana. El conflicto con Alemania se solucionó en 1997 con la Declaración Germano-Checa, por la que se restituían los derechos a los alemanes que fueron expulsados. Sin embargo, este acuerdo aún no se ha alcanzado con Austria y el Gobierno checo no está dispuesto a ligar su ingreso en la Unión Europea a la firma de un tratado con este país.
Carlos Molina
Tras tres años como jefe de la comisión negociadora, Cibrian está convencido de que la República Checa cumplirá el calendario trazado para su ingreso en la UE porque 'está bien preparada y cuenta con el respaldo de casi todos los socios comunitarios'.
Pregunta. ¿Cuál es el actual estado de las negociaciones?
Respuesta. En la actualidad se han cerrado 24 capítulos de los 30 incluidos en la negociación. Pero, por encima de las cuestiones técnicas, destacaría lo preparado que se encuentra el país para todas las citas del calendario: las negociaciones se cerrarán a finales de 2002, los tratados de adhesión se firmarán y ratificarán en 2003 y la República Checa participará en las elecciones europeas en 2004.
P. Recientemente se ha aprobado la partida para la reestructuración de política agrícola, regional y presupuestaria. ¿Está de acuerdo con la financiación propuesta?
R. Creo que ninguna de las negociaciones es insalvable siempre y cuando se respeten los términos del acuerdo (que haya 10 países dentro de la negociación, que se cumplan las perspectivas financieras suscritas en Berlín y la transposición del acervo comunitario). En política agrícola y regional no creo que haya ningún problema para que se aprueben los capítulos durante la presidencia española, mientras que el transporte y la competencia pueden presentar algunos problemas.
P. ¿Qué quejas tiene el país en estos asuntos?
R. Respecto al transporte, la República Checa no parece dispuesta a aceptar la moratoria de cinco años para ver abiertos los mercados de cabotaje mientras que a otros países de la zona, como Eslovenia, se les ha dado un plazo más corto. En cuanto a la competencia, no estamos de acuerdo con lo acordado en el Tratado de Niza en el que se le dieron dos diputados más a Portugal, Bélgica y Grecia que a la República Checa. Creo que el reparto es injusto si atendemos a la población de los cuatro países, claramente superior en el caso de la República Checa.
P. ¿Está teniendo problemas en la transposición del acervo comunitario?
R. Creo que hay dos problemas fundamentales, aparte de lo señalado anteriormente en materia de transporte y competencia, que sería recomendable tener cerrados antes de la finalización de las negociaciones: la creación de una Ley de la Función Pública, para acabar con determinados privilegios o licencias de la clase política, y la reestructuración del sector siderúrgico, de la que parece que se va a encargar una sociedad extranjera con ayudas estatales.
P. ¿Está resuelto el conflicto con Austria por la central de Temelin?
R. No, y ésta es la única relación tirante con un socio comunitario, ya que los demás han expresado su apoyo total a la candidatura. El problema con Austria viene de mucho antes, ya que quieren eliminar los Tratados de Benes firmados después de la Segunda Guerra Mundial por los que se expulsó del territorio de los Sudetes a los alemanes y austriacos de procedencia alemana. El conflicto con Alemania se solucionó en 1997 con la Declaración Germano-Checa, por la que se restituían los derechos a los alemanes que fueron expulsados. Sin embargo, este acuerdo aún no se ha alcanzado con Austria y el Gobierno checo no está dispuesto a ligar su ingreso en la Unión Europea a la firma de un tratado con este país.
Carlos Molina