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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La vivienda sigue sin techo

El precio medio de la vivienda nueva aumentó un 15,4% en 2001 (15,1% en el cuarto trimestre). Este dato, elaborado por el Ministerio de Fomento basándose en la información aportada por el sector, significa que el aumento del precio de la vivienda acumulado en los últimos cuatro años superó el 50%. A la vez, y tras un fuerte despegue en 1998, en España se edificó medio millón de viviendas tanto en 1999 como en 2000 y, a falta de datos definitivos, se calcula que el número fue del mismo rango en 2001.

Estas cifras constatan el boom inmobiliario de los últimos cuatro años, al que no son ajenos la llegada física del euro y la consiguiente salida a flote de dinero sumergido, especialmente en 2001, así como el aumento del turismo. El ladrillo ha servido de valor refugio en momentos de incertidumbre bursátil, pero, sobre todo, los bajos tipos de interés han sido el mejor aliciente para un sector que ofrece, en términos reales, mejores condiciones hipotecarias que en muchos otros países europeos. A esto hay que añadirle factores psicológicos. Por un lado, el recuerdo de los altos tipos que sólo hace algunos años se pagaban en España por las hipotecas -con los que muchos ciudadanos debieron afrontar el pago de su primera vivienda en propiedad- genera una sensación de abaratamiento de los precios actuales, a pesar de que sigan disparados, y, por otro, el afán de propiedad sobre la vivienda, más característico en España que en el resto de Europa.

La mayor parte de estos factores que animan el negocio inmobiliario residencial sigue vigente. Por eso los datos contrastan con las previsiones realizadas por el sector hace un año, en el sentido de que la actividad se estaba desacelerando. La cuestión es qué depara el futuro. En opinión de los responsables de la Dirección General de la Vivienda, la actividad de promoción inmobiliaria 'se mantiene a niveles más que aceptables', según los datos aportados por el sector. El Ministerio de Fomento se desmarca así de las proyecciones de distintos expertos, que apuntan a una desaceleración tras el boom de los cuatro últimos años. No obstante, tanto los responsables de Fomento como la mayor parte de los promotores consideran que una edificación de en torno a las 375.000 viviendas, como la prevista por el servicio de Estudios del BBVA para 2002, se ajusta más a la demanda estructural española.

En el mercado español de la vivienda siguen pesando negativamente dos factores. El primero, que los intentos del Gobierno han sido infructuosos y el suelo sigue representando un porcentaje altísimo del coste total de un piso (más del 40%). Y, por otra parte, el anémico mercado de alquiler, que hace que se multipliquen los pisos vacíos. España está a la cola en pisos en alquiler, con un 22% del parque total -como Italia y sólo por encima de Irlanda- y es el país europeo con menos viviendas de arrendamiento público. Es decir, los poderes públicos no cumplen el papel de modulador que desarrollan con éxito en otros países europeos.

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