La OPEP pedirá a Rusia que prolongue el recorte de las exportaciones
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alertó ayer de una inminente crisis en la cotización del crudo, si los productores no limitan sus exportaciones. El secretario general del cartel, Alí Rodríguez, irá el domingo a Moscú para pedir a las autoridades que prolonguen la restricción de las exportaciones pactada en principio hasta junio.
'La demanda de petróleo será muy débil en los próximos meses, especialmente en el segundo trimestre', afirmó ayer Rodríguez, en una conferencia en Nueva Zelanda. El jefe de la OPEP, grupo que produce el 40% del petróleo mundial, proyecta un crecimiento cero de la demanda de crudo, algo que no sucede desde 1989. Rodríguez señaló que si se cumplen las previsiones más optimistas de crecimiento económico, la demanda podría crecer entonces 300.000 barriles diarios.
La OPEP ha reducido sus cuotas de producción cinco millones de barriles diarios, dejando su objetivo oficial en 21,7 millones, el más bajo en una década. Aun así el brent, el crudo de referencia en Europa, ni siquiera ha llegado a los 22,5 dólares este año y ayer cotizó a 20,1 dólares.
Rodríguez estima que, si la producción mundial se restringe, el precio de la cesta de la OPEP se mantendrá a finales de año entre 18 y 20 dólares, el margen en el que se mueve actualmente. Los precios están lejos de los 22 dólares por barril que el cartel se fijaba hace sólo unos meses como tope mínimo y de los 25 dólares que el grupo petrolero consideraba ideal. Un conjunto de productores (Rusia, México, Noruega, Angola y Omán) pactó con la OPEP una reducción de su producción o sus exportaciones de 462.000 barriles diarios. Sin embargo, Rusia incumple sistemáticamente su cuota, que es de 150.000 barriles diarios
Las petroleras rusas, que invierten en rublos y reciben dólares, estiman que la producción seguiría siendo rentable aunque el precio bajase dos o tres dólares más. Por eso, no ven razón para seguir conteniendo la producción. Rodríguez tendrá que ondear de nuevo el fantasma de la guerra de precios para hacer entrar en razón a los rusos.