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Arte

Arco mima las colecciones

Más ventas y más visitantes. Iba a ser una feria muy difícil, pero Arco sigue sumando apoyos entre el coleccionismo institucional y privado

La Fundación Coca-Cola no falla a la cita de Arco. El responsable de compras, el crítico de arte Fernando Francés, se ha dejado en una docena de galerías parte de los más de 360.000 euros de presupuesto anual para el Programa General de Artes Plásticas. Ha comprado obras de Sergio Belinchón, Mireya Masó y Valentín Vallhonrat, entre otros. La Fundación Telefónica, con una colección de arte contemporáneo reconocida como una de las más importantes de su género, en cambio, no ha comprado nada. Son dos ejemplos del coleccionismo y su relación con el principal acontecimiento artístico español.

Con Arco ha crecido un mercado de coleccionistas pequeños y medianos, que en la XXI edición ha alcanzado su madurez, disipando el fantasma de crisis que amenazaba tras los atentados del 11 de septiembre . Un coleccionismo que complementa el institucional, habitual cliente de la feria y uno de sus principales apoyos, este año favorecido por la presencia de seis nuevos museos que han abierto sus puertas o están a punto de hacerlo.

Empezando por la Fundación Arco. La institución ha adquirido obras por valor de 125.000 euros para la colección iniciada en 1987. Dan Cameron y María del Corral asesoran a la fundación con un doble criterio: incorporar propuestas novedosas junto a obras de marcado significado en el arte de la segunda mitad de siglo. Los artistas seleccionados este año han sido Rosemary Laing, Bill Henson, Xavier Veilhan, Aernout Mik, Botto & Bruno, José Dávila, Gustavo Romano, Lucía Koch, Fatimah Tuggar, Caio Reisewitz, Mónica Bonvicini y Alexandre Apostol. La más valiosa ha sido la del holandés Aernout Mik, adquirida por 29.000 euros.

Lo que empezó siendo una llamada de atención -la adquisición de obras en Arco- hoy es práctica habitual por parte de las instituciones. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) es uno de los principales referentes. En la presente edición, la institución que dirige Juan Manuel Bonet ha adquirido trabajos pertenecientes a diversas épocas y disciplinas. En total, 550.000 euros aproximadamente dedicados a la compra de óleos, guaches, acuarelas, instalaciones, esculturas o fotografías de un total de 19 artistas (en 2001 la inversión fue de 720.000 euros en obras de 22 artistas). Una combinación de artistas españoles (Manuel Hernández Mompó, Cristina García Rodero o Víctor Mira) e internacionales (Hans Bellmer, Wols, Tobias Rehberger...) con la que completar los fondos del museo.

El del Reina Sofía o la Fundación Coca-Cola no son los únicos presupuestos con capítulo especial para Arco. La Colección Arte Contemporáneo es otra de las habituales. Más este año, en que está a punto de inaugurarse el Museo Patio Herreriano de Valladolid, que albergará los fondos de la colección. Sus responsables se han venido de Arco con siete obras de los artistas Julio González, Maruja Mallo, José Moreno Villa, Adolfo Schlosser, Xavier Valls y Daniel Verbis y en estos momentos ultiman las compras de obras vistas en la feria de Benjamín Palencia, Elena Blasco y Manuel Rivera.

Otro nuevo proyecto, Artium, Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo, ha comprometido en Arco la compra de 11 nuevas obras para su colección, lo que ha supuesto una inversión superior a los 230.000 euros en las primeras adquisiciones realizadas en el presente año. Artium acudía a Arco con un doble objetivo: presentar su proyecto museístico que abrirá en Vitoria el próximo mes de abril e iniciar la ejecución de su programa de adquisiciones para este año, para lo que cuenta con un presupuesto de 901.000 euros. El listado de obras adquiridas se abre con Mano, realizada por Eduardo Chillida en 1962. Se trata de una pieza singular dentro de la producción del artista guipuzcoano por la técnica y el soporte utilizados. Además, se han incorporado creaciones de María Ribot, Antoni Abad y Maggie Cardelús.

No es el único apoyo que suma la feria. El Gobierno de Aragón nunca se había implicado tan directamente. Este año, además de apoyar a las galerías aragonesas, ha adquirido una gran instalación para el Museo Pablo Serrano. El Ayuntamiento de Madrid, el de Alcorcón, el Museo de Arte Moderno de Palma, la Fundación Museo del Grabado Español Contemporáneo de Málaga, la diputación provincial de esta ciudad andaluza, el Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, la Fundación Pablo Ruiz Picasso, el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, la Fundación Bilbao Arte... Cuanto más larga es la lista, más se fomenta el coleccionismo, aunque nunca es suficiente.

La número uno del mundo por número de visitantes

 

Arco cerró sus puertas el pasado martes con una cifra de visitantes récord, 198.000, un 13% más que la edición anterior, según el director general de Ifema, Fermín Lucas, lo que la convierte en el evento de estas características más importante del mundo por número de visitantes. La organización intenta la selección vía taquilla y este año ha subido el precio hasta 23 euros, 3.827 pesetas (es la feria más cara de las que organiza Ifema), lo que no ha impedido la espectacular asistencia de visitantes en las cinco jornadas que la feria ha abierto a los no profesionales. El éxito de público confirma el carácter de acontecimiento social y cultural de la feria, algo que la diferencia en el calendario internacional.

 

 

 

 

 

 

 

Porque en Arco conviven los galeristas privados, coleccionistas institucionales o privados y los escolares. Basilea, Colonia o París tienen una marcada orientación comercial; en Arco, la venta de una obra de arte no está reñida con una mesa de debate.

 

 

 

En esta edición ha llegado la consolidación internacional de Arco. Los 31 países representados la convierten en la segunda más internacional del mundo. Pero aún se puede hacer más. Por eso, la organización de Arco estudiará adelantar sus fechas -siempre en febrero- para no coincidir con Nueva York.

 

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