Los socios de Accesos de Madrid se dan dos meses para superar la crisis
Los socios promotores de las autopistas radiales de Madrid III y V, la concesión de más presupuesto adjudicada en España, se han dado dos meses de plazo para superar sus diferencias y desbloquear el proyecto, que todavía no tiene financiación. Los socios de Accesos de Madrid (Caja Madrid, FCC, ACS, Sacyr, OHL, Acesa, Iberpistas y ENA) intentarán alcanzar un pacto para rebajar el precio de la obra y la rentabilidad de la concesionaria que les permita obtener fondos para acabar una obra de más de 720 millones de euros (120.000 millones de pesetas). Si no hay acuerdo, la ejecución del proyecto, que acumula un gran retraso, corre peligro.
El pasado viernes 8 de febrero los socios de la empresa promotora de las autopistas radiales de Madrid III y V, encargada también de la construcción y puesta en servicio, libre de peaje, del tramo Oeste de la M-50, acordaron darse dos meses de plazo para buscar una solución al conflicto que les enfrenta y que bloquea por ahora el proyecto. El problema es el coste de las obras, que se ha disparado por varios factores y que algunos socios se niegan a asumir.
Las cuatro constructoras, FCC, ACS, Sacyr y OHL, por un lado, y las concesionarias Acesa, Iberpistas y Empresa Nacional de Autopistas, junto a Caja Madrid, por otro, con la mediación del nuevo primer ejecutivo de la concesionaria, Emilio Cebamanos, intentarán hasta después de Semana Santa alcanzar un acuerdo. Ese pacto pasaría por que las constructoras garanticen una reducción del presupuesto total de las obras y el resto de socios acepten una revisión a la baja de la tasa de rentabilidad futura de la concesión, según fuentes cercanas al consorcio.
Los costes de ejecución de las obras se han desviado, según las constructoras involucradas en el proyecto, por el fuerte incremento de los gastos de expropiación, el retraso generado por esos problemas para ocupar los terrenos y por el litigio con el Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid sobre la financiación de los enlaces de las autopistas con otras vías de gran capacidad. La actitud de ambas Administraciones es, por tanto, otro factor decisivo para desbloquear la situación.
A la espera de ese pacto, la financiación del proyecto está bloqueada y las obras acumulan un retraso que algunos socios cifran en tres años. De hecho, la obra debería estar ya en servicio, según los compromisos anunciados en su día por el Ministerio de Fomento y la promotora.
Si no hubiera acuerdo, los socios de Accesos de Madrid, nombre de la concesionaria, tienen dos opciones, solicitar y conseguir una modificación de las condiciones de adjudicación de la obra (plazos o precios de los peajes) o abandonar el proyecto para que revierta al Estado.
De hecho, en la citada reunión alguno de los socios reclamó la adopción inmediata de medidas drásticas. Finalmente la mayoría optó por habilitar ese plazo para que el nuevo ejecutivo intente alcanzar un acuerdo entre las dos partes.
Mercado financiero
Además, los problemas de Accesos de Madrid para encontrar recursos ajenos coinciden con una coyuntura difícil en general para la financiación de proyectos de infraestructuras a largo plazo. El diferencial sobre el euribor en los tipos de interés y las garantías que exigen los financiadores se han endurecido por la crisis económica, la incertidumbre generada por el cambio legislativo sobre el negocio de las concesiones que prepara el Ministerio de Fomento y por el gran número de proyectos de este tipo que se han puesto en marcha en España y otras zonas del mundo.
El Ministerio de Fomento, entonces al mando de Rafael Arias-Salgado, firmó el contrato de adjudicación de estas dos radiales de Madrid en noviembre de 1999.
Para resolver este rosario de problemas, Accesos de Madrid decidió a finales del año pasado contratar como primer ejecutivo a Emilio Cebamanos, responsable hasta hace pocos meses del negocio de construcción del grupo FCC y que también ha sido reclutado para dirigir el mayor proyecto inmobiliario de España, la operación Chamartín.
Accesos de Madrid ganó el concurso tras ofrecer un presupuesto de ejecución de 720 millones de euros, elevadas garantías financieras, y unos precios en los peajes de los turismos de 0,057 euros ( 12 pesetas) por kilómetro en hora punta.