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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las rebajas llegan al IPC

E l cambio de metodología en el cálculo del índice de precios de consumo (IPC) ha resultado más que polémico. Según el nuevo sistema de medición, impuesto por la Unión Europea, la inflación en España en el mes de enero descendió 0,1 puntos, pese a que la introducción del euro ha supuesto, redondeo arriba redondeo abajo, la subida de los precios de aquellos bienes y servicios más demandados por los consumidores.

El dato, además de causar perplejidad entre los ciudadanos, ha provocado una oleada de críticas, tanto desde los partidos de la oposición como desde las organizaciones de consumidores, que obligaron al vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, a desmentir cualquier manipulación del indicador y a recordar que el Instituto Nacional de Estadística (INE) es un organismo 'independiente'.

El Gobierno justificó el dato aduciendo el novedoso efecto de las rebajas de enero sobre el índice -los precios de calzado y vestido bajaron un espectacular 7,5%-, pero los economistas, que ya contaban con estos descuentos y con el cambio de metodología, auguraban un aumento mensual de en torno al 0,6%. La tasa interanual subió del 2,7% al 3,1%, debido, sobre todo, a la subida de impuestos especiales y tarifas públicas que entró en vigor a comienzos de año, y que ha afectado a los hidrocarburos, el tabaco y el transporte público. Y este dato también se colocó en la banda baja de las previsiones del Gobierno, que auguraba entre un 3% y un 3,5%. La inflación subyacente, que excluye alimentos frescos y productos energéticos, experimentó también un sorprendente descenso del 0,2%, hasta el 3,6%.

Nadie objeta el cambio en la fórmula de cálculo del IPC que, pactado hace cinco años, pretende reflejar con mayor precisión la evolución de precios en una sociedad más moderna. En consecuencia, sería injusto imputar al Gobierno la utilización de un ardid contable en beneficio de su política económica. Molesta y confunde que el INE haya incumplido su promesa de entregar las series de datos equivalentes que hubieran permitido comparar los datos de enero en términos históricos.

Ayer, con las tablas de Estadística sobre la mesa, los expertos reconocían que, con la información disponible, resultaba imposible hacer una valoración exacta sobre la evolución de precios durante el primer mes del año. Idéntica valoración se hacía sobre el posible efecto que la entrada en circulación del euro ha podido tener sobre el IPC. En este sentido, resulta sospechoso el interés del Gobierno en afirmar que tal efecto ha sido inexistente. Pero la avalancha de críticas pone en evidencia que los datos del INE son recibidos con recelo y escepticismo por muchos agentes económicos y sociales, algo preocupante. La evolución del índice, los próximos meses -que también se verán afectados por el redondeo en euros-, demostrará si los datos conocidos ayer reflejan el deseado cambio de tendencia o son un espejismo estadístico.

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