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La peseta acabará como barriles de cerveza

Las pesetas acabarán transformadas en hélices para barcos, tuberías de refrigeración o barriles de cerveza tras su conversión en chatarra. Los billetes terminarán en los vertederos en forma de briquetas Texto Garbiñe Plazas

Tras 133 años, la desaparición de la peseta obliga a retirar del mercado 1.780 toneladas de papel moneda y 32.000 toneladas de metal correspondientes a 6.528 millones de piezas (317.500 millones de pesetas, 1.908 millones de euros). El Banco de España ha desvelado cuál será su destino final. Las monedas se convertirán en chatarra, con diversos usos industriales y los billetes descansarán en vertederos controlados.

La Fábrica de la Moneda y Timbre es la encargada del proceso de fundición, convirtiendo la calderilla en chatarra, de la que se obtiene cuproníquel (aleación de cobre o níquel) procedente de las monedas de 10, 50 y 200 pesetas y broncealuminio, fruto de las de 5, 25, 100 y 500.

Muy previsores, durante dos años, los responsables de esta entidad han contactado con más de 40 empresas de todo el mundo, desde coreanas hasta africanas, para saber si estaban interesadas en el material. Después se convocó una subasta pública, a la que se presentaron siete compañías. Las ganadoras fueron Daewoo International y Botrade, sociedad perteneciente al grupo Non Ferrous International, que pagan unos precios fijados según las cotizaciones del mercado internacional de metales.

Las aplicaciones de la chatarra son múltiples. Entre las más llamativas figuran la fabricación de barriles de cerveza con las monedas de una peseta, la de tuberías de refrigeración con las de 10, 50 y 200 pesetas y la de hélices para barcos, con las de 5, 25, 100 y 500 pesetas.

Por ejemplo, Daewoo International cuenta con una división de transatlánticos y destinará el material a la construcción de hélices de hasta cinco metros, muy similares a las del Titanic, que medían seis. Asimismo, lo que quede de las monedas se empleará en la construcción de estatuas, piezas para motores y cuberterías.

El proceso de destrucción (desmonetización) tendrá un coste cero, ya que la Fábrica de la Moneda y Timbre financiará con los fondos de la subasta los gastos derivados del achatarramiento.

Por su parte, el tratamiento de los billetes entraña dificultades debido a sus complejos procesos de impresión. Por ello, una vez retirados, se trasladarán a los 18 centros de tratamiento de billetes que tiene el Banco de España. Comprobada su autenticidad, se destruirán triturándolos para elaborar cilindros de papel prensado (briquetas) que una empresa trasladará a los vertederos públicos.

Una de las posibilidades barajadas fue la incineración, pero las tintas podrían desprender residuos tóxicos prohibidos. Su uso industrial, como material de construcción (tableros aglomerados, por ejemplo), se ha rechazado también debido a su escasa rentabilidad a causa del transporte.

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