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Comercio electrónico

El 25% de las empresas de la UE cuenta con un canal de venta por Internet

Esta es la razón principal que ha animado a las empresas europeas a zambullirse en la Red. De momento, suman ya el 25% de las compañías europeas y tienen muy claro que el papel de la Comisión de cara a Internet debe centrarse en armonizar las reglas de la actividad y vigilar los abusos a la libre competencia.

Brutal en sus comienzos, el comercio electrónico dirigido a los consumidores vive ahora inmerso en una lenta evolución tras la explosión de la burbuja de la nueva economía. Así se señala en el informe que la Comisión Europea ha encargado a la consultora Taylor Nelson Sofres para conocer el nivel de implantación de las nuevas tecnologías en las empresas comerciales de la UE.

De momento, ya el 25% de las empresas europeas venden sus productos por Internet y el 14% tiene un proyecto a corto plazo de comercio electrónico. Pero lejos de moverse por cuestiones puramente económicas, las compañías con interés en la Red lo hacen porque da una imagen moderna e innovadora de la marca.

El informe que maneja la Comisión, hace un breve análisis de la situación de cada país en el que revela que las pymes españolas no lo tienen nada fácil para poner en marcha una estrategia de comercio electrónico.

Desde problemas técnicos, como la insuficiente capacidad de las líneas de comunicación, hasta dificultades financieras para hacer frente al elevado coste de las comunicaciones están frenando en España el desarrollo del comercio electrónico. Una situación que parece corresponderse con un reciente informe de la CEOE en el que se ha cifrado en 15.000 millones de euros la inversión inicial para que España se equipare a la media europea en un plazo de cuatro a seis años.

Vigilar la competencia

Con la mirada puesta en el futuro, y a la vista de las más de 100 empresas encuestadas pertenecientes a los 15 Estados miembro, las empresas con comercio electrónico deberán centrarse en obtener beneficios. Para ello, dos aspectos marcarán la evolución futura del comercio electrónico dirigido al consumidor, su apoyo absoluto en la logística y el papel que juegue la Comisión Europea.

Para más de un tercio de las empresas encuestadas la Comisión no debe hacer nada, pero el resto considera necesaria su intervención. Así, piden que la Comisión cree un observatorio para vigilar el respeto a la libre competencia. Según las empresas, esto serviría para detectar las malas prácticas y dar a conocer a las empresas delincuentes en tiempo real. Esto tendría un efecto disuasorio sobre los aficionados a los malos usos, ya que, al figurar en dicho observatorio, su imagen quedaría muy dañada.

Las empresas también reclaman a la Comisión que las ayude a superar las principales barreras que en la actualidad frenan el desarrollo del comercio electrónico.

Las compañías reclaman la creación de un centro europeo de formación en nuevas tecnologías aplicado a la logística porque cada vez es más difícil encontrar personal con competencia para explotar todas las posibilidades de los sistemas. Otro eje de acción de la Comisión debería centrarse en mejorar la seguridad de las transacciones y en armonizar tanto el marco reglamentario europeo (impuestos, normas laborales, competencia...) como los lenguajes informáticos. En este sentido, la UE dio un gran paso la semana pasada al aprobar la obligación de que todas las empresas, estén donde estén, graven con IVA la venta de bienes digitales al tipo señalado en el país de residencia del comprador.

Por otro lado, las empresas deben ser conscientes de que su negocio en la Red ha de sustentarse en una excelente colaboración con las empresas de mensajería rápida, así como en realizar promesas realistas en el tiempo que se tarda en entregar las mercancías y no olvidar la importancia de las herramientas estadísticas y las bases de datos para captar y retener a la clientela.

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