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Arte

Un guiño a la inversión

Las propuestas de la Feria de Arte Contemporáneo abarcan desde las obras millonarias de autores consagrados a las apuestas arriesgadas e innovadoras

Los responsables de Arco, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo que se celebra hasta el 19 de febrero en Madrid, han intensificado este año su empeño por acercarse al ámbito empresarial y por presentar el salón como una buena oportunidad para invertir en 'un valor seguro'. 'El mercado del arte se consolida en el momento actual como una inversión alternativa segura y revalorizable', señalan en la feria. Esta postura, que contrasta con la posición que toman la mayoría de los galeristas a quienes no les gusta hablar del arte como fórmula inversora, se ha envuelto en un clima de optimismo que viene avalado por las subastas de arte celebradas tras los atentados del 11 de septiembre en las que se han alcanzado precios millonarios y se han batido varios récords.

Los coleccionistas e inversores se han refugiado en valores seguros, es decir, artistas consagrados y obra muy selecta. Una opción que, en principio, se aleja del propósito de una feria que intenta mostrar las tendencias artísticas del momento. Arco, sin embargo, da cabida a un amplio espectro que va desde los nombres de reconocido prestigio como Picasso, Miró, Magritte, Morandi, Bacon, Botero, Tapiès o Gargallo, hasta los nuevos valores emergentes que aparecen como apuestas arriesgadas pero con unos precios bastante más asequibles.

En este contexto, la feria madrileña ofrece un magnífico bronce de Pablo Gargallo titulado Kiki de Montparnase que la galería Marwan Hass de París vende por 190.000 euros; una pieza de George Baselitz (galería Mario Sequeira) titulada Haus NR.2 que cuesta 222.000 euros; una serie de cerámicas de Pablo Picasso que repiten del año pasado y que cuestan entre 12.500 y 31.500 euros en la galería alemana Pudelko, y una escultura de Joan Miró realizada en 1975 y que representa una cabeza (Tetê) que la sala Juan Gris vende por 156.263 euros.

No hay que olvidar tampoco a los clásicos más contemporáneos como Lucio Muñoz, de quien esta última galería ofrece una pieza titulada Siete vero Tisur (1989) por 52.000 euros, o como Pablo Palazuelo, cuyas esculturas en la galería Soledad Lorenzo cuestan entre 30.000 y 45.000 euros (un lienzo titulado Circino de 2001 sale por 90.000 euros). De Manolo Valdés, la galería Marlborough exhibe una gran cabeza, similar a las que ya se presentaron en la edición anterior, cuyo precio ronda los 80.000 euros.

La obra gráfica también es una buena opción para los coleccionistas. Por ejemplo, la galería barcelonesa Polígrafa ofrece, entre otros, un aguafuerte de Francis Bacon titulado Seated figure que se puede adquirir por 9.300 euros.

Pero en Arco también se encuentran piezas más económicas, incluso por 72,12 euros, como una serigrafía de Lita Mora titulada El pescador de sueños que exhibe la galería Sandurga.

Como señala Sara Unzueta, experta en arte, 'desde el punto de vista de la inversión, la obra gráfica y la fotografía son dos posibilidades atractivas debido a sus especiales características. Sus ventajas son: menores costes y la información', ya que la edición limitada en ambos casos garantiza la existencia de obras similares en el mercado, lo que permite obtener información histórica sobre la evolución del precio'.

La fotografía es otra de las opciones emergentes. De hecho, la Fundación Coca-Cola, una de las instituciones más activas este año en la adquisición de obra de arte con un presupuesto de 360.600 euros para compras en Arco, ha realizado buena parte de sus adquisiciones en esta modalidad. Una fotografía de gran formato de Helena Almeida, dos de Félix Curto, otra de Santiago Sierra y un par de ellas de Sergio Belinchón, forman parte de las piezas que Coca-Cola incorporará este año a su colección.

Y es que la presencia de las empresas e instituciones es cada vez más notable en Arco. Prosegur, por ejemplo, ya expresó su voluntad de adquirir obra en la feria, igual que ha hecho en anteriores ediciones, según fuentes del salón.

Pero los responsables de Ifema han pasado del estímulo por el coleccionismo al intento por implicar a las compañías y organizaciones en la propia dinámica de la feria. De hecho, el acuerdo alcanzado este año con Altadis ha permitido crear un espacio dedicado al arte público, en el que la creatividad del artista se interrelaciona con la concepción funcional del entorno público urbano, al mismo tiempo que se cuestionan los equipamientos de las ciudades actuales y se proponen nuevos elementos experimentales.

Este año se ha presentado un total de 22 colecciones de entidades culturales, corporaciones, fundaciones y centros de arte. La Fundación Telefónica, por ejemplo, presenta las obras seleccionadas en el concurso internacional Vida 4.0 que premia la creación artística con técnicas y conceptos relacionados con la genética, la robótica autónoma o los virus informáticos. Caja Madrid exhibe las piezas elegidas para el proyecto Generaciones, Premios y Becas de Arte que apoya a la creación española en las disciplinas de pintura, escultura, fotografía, grabado y nuevas tendencias.

El Museo de Unión Fenosa expone, con una magnífica talla en piedra de Leiro a la entrada, una selección de sus fondos.

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La herencia neoyorquina de Arco

 

Hace dos años, la francesa Dominique Chanin, hija del marchante de arte Paul Haim, visitó Arco, y la idea de abrir una galería en la que es su ciudad, Nueva York, no hizo más que consolidarse. 'Me quedé encantada al ver los artistas que exponían allí. He estado en otras convocatorias similares en Italia, en Chicago, pero esta feria me gustó más y pensé que tenía que hacer ver aquí ese arte que se hace en Europa', explicaba al mismo tiempo que vigilaba la disposición de las luces sobre la obra de Soledad Sevilla (Valencia, 1944) agrupada bajo el título The island of turtle, una serie de 15 nuevas obras inspiradas en el mito de los orígenes de América. Todo tenía que ser perfecto. Haim abría al día siguiente (el pasado 8 de febrero) su galería, Haim Chanin Fine Arts, en el área de Chelsea.

 

 

 

 

 

 

 

Era su primera exposición y también la primera que hacía en solitario en Estados Unidos la artista valenciana, que en 1993 fue galardonada con el Premio Nacional de las Artes Plásticas. A pesar de que Soledad Sevilla es una artista consagrada en España -sus dos grandes especialidades son la pintura y las instalaciones- y su obra está presente en la colección de varios museos (Reina Sofía de Madrid, Bellas Artes de Bilbao y Álava, Granada, Arte Contemporáneo de Sevilla, Arte Abstracto de Cuenca, Arte Contemporáneo de Malmö en Suecia) y en distintas colecciones internacionales, reconoce que exponer en Nueva York puede considerarse como una meta para un artista. 'Es uno de los centros del arte del mundo junto con Berlín y Londres', asegura. Al afirmar que no siempre es fácil llegar hasta aquí, Soledad cuenta que hay una serie de hechos que lo explica.'Paul, que fue marchante de Picasso, estaba en su casa en el País Vasco-francés cuando yo exponía junto con un artista chino amigo suyo en el Koldo Mitxelena de San Sebastián; se acercó con su hija y se fijaron en mi obra', comenta.

 

 

 

Soledad no cree que el hecho de que muestre interés por artistas estadounidenses como Rothko, Pollock, Still o Richter -de él ha dicho: 'Me ha ayudado, sin duda, a conquistar nuevas parcelas de libertad'- le haya abierto las puertas de Nueva York. 'En este momento no hay estilos, vale todo'. A pesar de ello, considera que los artistas españoles podrían tener más presencia en este país y en esta ciudad 'por energía y por calidad, sin duda'.

 

 

 

La galería Haim Chanin puede ser uno de esos espacios de arte con una especial preocupación hacia los artistas europeos y de América Latina. De hecho, Dominique Haim tiene ya preparado un programa en el que figuran el chileno Roberto Matta, el cubano Agustín Cárdenas y los españoles Joaquim Chancho, José Luis Zumeta y Jorge Oteiza. 'Queremos traer a grandes artistas que no hayan expuesto nunca aquí o no lo hayan hecho en los últimos 30 años', dice Dominique, que también explica que habrá gente joven o que no esté consagrada. El objetivo es mostrar la obra de artistas que tenga calidad y pasión.

 

 

 

La galerista coincide con la artista en destacar que Nueva York es hoy por hoy en sí misma la galería más internacional del mundo. 'Hay una mezcla increíble de culturas en la ciudad, lo que le confiere un carácter muy cosmopolita, como París lo tuvo a principios del siglo pasado', añade. -Ana B. Nieto

 

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