Venezuela defiende con éxito su divisa
El Banco Central de Venezuela confirmó ayer las expectativas de los economistas de que la flotación del bolívar no será tan libre como anunció el martes el presidente Hugo Chávez.
Tras la debacle del miércoles, cuando el bolívar se depreció el 23,7%, ayer marcó un cambio oficial respecto al dólar de 850 bolívares, que reflejaba una apreciación del 13,25%. En el cambio comercial la recuperación fue inferior, próxima al 10%. Todo ello se debió a la intervención del banco emisor, que vendió en el mercado cerca de 60 millones de dólares (68,9 millones de euros).
El Gobierno Chávez, que se había autoproclamado adalid del izquierdismo en América Latina, renunció el martes a parte de su ¢revolución bolivariana¢ y entró en la senda de la ortodoxia económica con el respaldo total del FMI y de los expertos de Wall Street.
Las medidas liberales despejan las dudas sobre la capacidad de Venezuela para hacer frente a los acreedores extranjeros, pero sumergen en la incertidumbre a los ciudadanos, que temen que la inflación se dispare, y arrojan dudas sobre el crecimiento económico.
Chávez, acosado por la Iglesia, la patronal, los sindicatos y parte de las Fuerzas Armadas, ha optado por recortar un 22,2% el Presupuesto, permitir la libre flotación del bolívar para evitar que se dilapiden las reservas en dólares e impulsar una reforma fiscal cuyo primer efecto ha sido la entrada en vigor del impuesto del débito bancario, que grava con el 0,75% las operaciones bancarias.
Inflación
La fluctuación de la moneda ha repercutido inmediatamente en los precios de bienes de consumo. Venezuela es especialmente vulnerable a los vaivenes cambiarios, ya que importa prácticamente todo lo que consume, con excepción del petróleo. La meta inflacionaria del Gobierno para 2002 es todavía del 10%, un objetivo que los analistas dan por perdido. José Cerritelli, de Bear Stearns, prevé una inflación de entre el 50% y el 60%, frente al 12,3% de 2001. Con una previsión oficial de crecimiento del PIB del 4%, si las previsiones de Cerritelli y otros expertos se cumplen, el Gobierno estaría al borde del abismo.
La libre fluctuación también genera efectos positivos inmediatos. La credibilidad del Gobierno ha ganado enteros en Wall Street y el rendimiento exigido a los bonos lleva dos días consecutivos de caída. Además, el Ejecutivo también se beneficia en los ingresos petroleros, ya que la mayor parte son en dólares. Con estas medidas, Chávez intenta hacer frente a unas necesidades de financiación de 12.640 millones de euros.