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Cajas

Pizarro pide a las comunidades que legislen sin dañar la competitividad de las cajas

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Manuel Pizarro, pidió ayer a los Gobiernos autonómicos que sean 'muy cuidadosos' en sus legislaciones sobre cajas de ahorros para no dañar la competitividad de estas entidades y aseguró que 'del acierto y la ponderación' de las distintas leyes autonómicas dependerá que las cajas de cada una de las regiones sean más o menos competitivas.

Los representantes autonómicos que acudieron ayer al Foro Financiero volvieron a poner de manifiesto la resistencia del poder autonómico a una reforma legislativa que imponga una limitación al 50% a la representación pública en los consejos de las cajas, una limitación requerida por la propia Comisión Europea para eliminar dudas sobre su naturaleza privada.

Estas resistencias autonómicas están bloqueando cualquier avance significativo en la reforma prevista para el sector.

El subsecretario de Economía, Miguel Crespo, admitió ayer que los cambios en la normativa de cajas tienen que hacerse con 'mucha cautela' y consultando a todas las partes, dadas las competencias de las comunidades autónomas en la materia. De hecho, son las únicas que pueden decidir los porcentajes de representación pública. En este contexto se entiende la recomendación del presidente de CECA.

No obstante, el subsecretario de Economía afirmó que el Gobierno 'pondera y tiene en cuenta' la directiva comunitaria que se refiere a la consideración pública de entidades en cuyos consejos se supere el 50% del peso público.

Pero, en principio, la Ley Financiera que irá al Parlamento no incluirá modificación alguna sobre el sector.

Entre tanto, los representantes políticos insisten en que una cosa es la 'politización' en la gestión y otra muy distinta la representación política.

El presidente de Caja Navarra, Miguel Sanz, responsable a su vez del Gobierno foral, anunció ayer su intención de incorporar criterios más profesionales en la gestión, aunque aseguró que esta idea no es incompatible con un consejo formado exclusivamente por representantes de partidos políticos.

Reconoció, no obstante, que 'en los últimos tiempos se han vivido ciertas actitudes partidistas' en el consejo, lo que le lleva a 'una reflexión' sobre la viabilidad del sistema.

Su idea es profesionalizar el área ejecutiva de la caja, delegando algunas competencias de los consejeros en comisiones dirigidas por personal técnico procedente del mundo financiero. El consejo tendría, por tanto, una función de tutela para preservar el carácter social de la caja.

En cualquier caso, aseguró que, 'cuando entramos en los consejos, nos quitamos la chaqueta de políticos y nos ponemos la de cajeros'.

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