Pizarro cuenta con mayoría para repetir al frente de la CECA después de marzo

La CECA abrió, en su asamblea general del pasado 12 de diciembre, el proceso de renovación de su consejo de administración. En este proceso se debe renovar al 50% del consejo, incluido su presidente, Manuel Pizarro. Aunque la renovación se cerrará en marzo, el sector da por segura la continuidad de Pizarro en el cargo.

La asamblea de la CECA celebrada el 12 de diciembre dio por iniciado el proceso de renovación del 50% su consejo de administración, que finalizará el próximo mes de marzo.

Este proceso se lleva a cabo por mitades cada dos años, como establece la Ley de ârganos Rectores de Cajas de Ahorros (Lorca), por lo que cada consejero está en su puesto como mínimo cuatro años. La renovación que finalizará en marzo toma relevancia al incluirse como reelegible el puesto de presidente de la CECA, ocupado ahora por Manuel Pizarro, presidente de Ibercaja.

Pizarro, que lleva cuatro años como presidente de la CECA, tendrá que someterse a su reelección. Aunque todo hace indicar que no tendrá problemas para volver a salir elegido. De momento, no se han formado candidaturas, pero en el sector se da por hecho que Pizarro se volverá a presentar para el cargo y que saldrá por unanimidad, salvo sorpresas de última hora, que, por ahora, parecen poco probables, según fuentes del sector. De hecho, varios altos cargos de cajas de ahorros coinciden en que nadie se ha planteado un cambio de presidente. "Lo contrario nos sorprendería mucho", añaden.

Esta posible reelección no tendría por qué ser incompatible con otros cargos que pudiera asumir en empresas privadas. De hecho, en el último año se ha especulado con que será el próximo presidente de Endesa, en sustitución de Rodolfo Martín Villa, algo que él no ha desmentido. No en vano era el hombre elegido para presidir la frustrada compañía fruto de la fusión entre Endesa e Iberdrola.

Los responsables de las cajas recuerdan que no es un momento muy oportuno para que Pizarro abandone la CECA. Y entre las razones argumentadas se encuentra el hecho de que el sector está a la espera de cambios significativos iniciados por Pizarro.

Entre estas modificaciones destacan la despolitización de las cajas, a través de la limitación al 50% de la representación pública en sus órganos de gobierno, y conseguir la irrevocabilidad de los cargos de consejeros y presidentes de las cajas hasta que finalicen sus mandatos, con lo que se pretende evitar que los vaivenes políticos en comunidades autónomas o ayuntamientos alteren las fuerzas de poder en estas entidades. Y a ello se une la búsqueda de fórmulas para reforzar la capitalización de las cajas, entre las que destacan las cuotas participativas.

Las cajas, como ya comentó Pizarro en la asamblea de la CECA el pasado diciembre, quieren que estas modificaciones de la Lorca se lleven a cabo por consenso. Opinión que también mantienen Gobierno, PP y PSOE, aunque las relaciones entre estos dos grupos políticos no son las más apropiadas para llegar a un rápido acuerdo, pese a que ambos partidos coinciden en la necesidad de estos cambios, que se espera que se plasmen en varias enmiendas presentadas en el Congreso a la futura Ley Financiera.

Las mismas fuentes dan otra razón para que Manuel Pizarro continúe en su puesto por lo menos hasta 2003. Y es que en ese año se celebra el Congreso Internacional de Cajas de Ahorros, acto muy significativo para el sector y que preside el presidente de la CECA.

Deseo de seguir

Las cajas recuerdan además que Pizarro ha comentado en varios foros su deseo de seguir en el sector. "Pizarro llegó a las cajas con una idea equivocada del sector, pero ahora es su principal defensor y cree en ellas", comentan fuentes de las cajas.

Pizarro cuenta con el apoyo de los presidentes y directores generales de las cajas ligados al PP, que representan mayoría en el consejo de la CECA. Los miembros del consejo más vinculados al PSOE o a otras fuerzas políticas tampoco creen necesario un cambio, aunque también es cierto que se encuentran en minoría para presentar un candidato alternativo.