La mentalidad búnker de Schröder

La Comisión Europea y el Gobierno alemán deben lamentar que su enfrentamiento haya llegado a este punto. La Comisión quedará humillada y minada la credibilidad de las normas fiscales de la zona euro si los ministros de Finanzas rechazan en su reunión [de hoy] la propuesta de alerta [sobre el déficit alemán].

Si Alemania no logra frenar el aviso, será un embarazoso contratiempo para el canciller, Gerhard Schröder, que ha convertido torpemente el asunto en un juicio de fortaleza (...).

La admonición de la Comisión, emitida el pasado 30 de enero, no podía ser más suave (...). Alemania no tiene objeciones legítimas al aviso (...).

Algunos Gobiernos europeos son solidarios con Alemania (...). Sospechan que la Comisión se apega demasiado a la ley aplicando normas anacrónicas.

En cierto sentido, tienen razón. La UE debe corregir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para asegurar que no se penalizan los déficit durante la caída del ciclo económico (...). Pero eso no justifica que se deje escapar a Alemania.

Primero, el déficit estructural, tanto de Alemania como de Portugal, ha venido empeorando en los últimos años (...). Segundo, las normas desagradables se necesitan, precisamente, porque no se puede confiar que los Gobiernos cambien la situación por sí mismos. (...) Si Alemania u otro Estado miembro quiere cambiar las normas, debe defenderlo abiertamente. Pero no debe permitirse que el cambio se haga conspirando contra el árbitro.