El banco irlandés estafado revisa su seguridad
El consejo de administración del Allied Irish Bank (AIB) celebró ayer una reunión de urgencia en Dublín para analizar el alcance del fraude de 750 millones de dólares, 850 millones de euros, descubierto en su filial de EE UU y determinar por qué fallaron los sistemas de seguridad.
La convocatoria se produjo después de que los abogados de John Rusnak, el cambista de la división de AIB en EE UU y principal sospechoso del fraude, se entregara voluntariamente a agentes del FBI. El martes, cuando saltó la noticia, se pensó que Rusnak había huido pero, según sus abogados, estuvo en todo momento con su familia y en contacto con las autoridades federales.
El presidente del banco, Lochalann Quinn, dijo que 'existen pruebas suficientes de connivencia con otros pero todavía ignoramos si se trata de personal de la empresa o del exterior'. Según los portavoces de AIB, Rusnak trató de disfrazar enormes pérdidas bajo operaciones cambiarias ficticias de yenes y dólares en la subsidiaria estadounidense Allfirst Financial.
El fraude sufrido por la entidad, el mayor banco de la República de Irlanda, está siendo comparado con la crisis que acabó con la intervención judicial de la banca Barings en Londres, que también fue ocasionada por uno de sus empleados. Sin embargo, los portavoces del banco irlandés se han apresurado a asegurar que "si bien el golpe ha sido duro, no ha sido fatal" y que los resultados del 2001 serán positivos a pesar de la provisión de 850 millones de euros que se cargará a dicho ejercicio.
El pasado martes, tras conocerse la noticia, las acciones del banco se desplomaron un 23%, lo que ocasionó una pérdida de su valor en el mercado de 2.800 millones de euros. Los títulos de la entidad se recuperaron ayer un 3,79%, tras las especulaciones de que el banco podría ser objeto de una adquisición por parte del Royal Bank of Scotland y después de que el Deutsche Bank mejorara la recomendación de la acción.