Morgan Stanley asesora al PP en la normativa sobre cuotas participativas
El Gobierno confía en lograr el consenso para la reforma normativa de las cajas. Mientras, el PP trabaja en su proyecto sobre cuotas participativas con el asesoramiento del banco de inversión Morgan Stanley. La idea del PP y de los expertos consultados es que las cuotas participativas sean lo más parecido a las acciones ordinarias, pero sin derechos políticos.
El PP quiere centrar ahora casi todo su esfuerzo en materia de cajas de ahorros en desarrollar las cuotas participativas para reforzar los recursos propios de estas entidades, que representan la mitad del sistema financiero. Lo mismo sucede con el PSOE, que da por olvidado su objetivo de limitar al 50% el peso público de estas instituciones. 'Sólo si el PP presenta un programa sobre el sector y Eduardo Zaplana se compromete a rebajar la participación pública en las cajas valencianas, podríamos estudiar la búsqueda de fórmulas para rebajar el peso público', señala Jordi Sevilla, portavoz de Economía del Grupo Parlamentario Socialista.
Sevilla añade que 'de momento, el PP no nos ha presentado ningún documento sobre el sector'. Pero hasta que se aclaren los partidos políticos, el único, además de las cajas, que no parece haber enterrado la despolitización del sector, es el Gobierno. O por lo menos es lo que se desprende de las palabras del secretario de Estado de Economía, José Folgado.
Folgado aseguró ayer que las posibles reformas que se introduzcan en la regulación de las cajas tienen que ser 'sobre la base de un consenso claramente mayoritario'. Y añadió que estas posibles reformas deben discutirse en el trámite parlamentario de la Ley Financiera. Es aquí donde 'se tiene que dilucidar a través de qué cauces se van a introducir algunas normas que regulen las cajas, sea del tema que sea'. En estas palabras se incluye el debate sobre la limitación al 50% del peso público en el sector.
Cuotas participativas
Mientras, el PP se está centrando en el desarrollo de las cuotas participativas, para lo que cuenta con el asesoramiento de algunas cajas de ahorros y de bancos de inversión, caso de Morgan Stanley, uno de los principales bancos de inversión con destacada experiencia, no sólo en el sector bancario español y europeo, sino también en el diseño y colocación de instrumentos financieros de renta variable.
El interés de las cajas en que se desarrollen las cuotas participativas es clave para mantener su crecimiento futuro sin modificar su naturaleza jurídica. Este instrumento de financiación, además, toma mayor relevancia si se tiene en cuenta que las actuales vías de obtención de recursos propios (beneficios, que son cada vez menores, deuda subordinada o participaciones preferentes) están agotadas o limitadas.
Una de las claves que tienen en cuenta tanto el PP, las cajas como los analistas para que triunfen las cuotas participativas es que deben ser 'atractivas' para el mercado o inversores y para el emisor.
Por ello, consideran que limitar su suscripción a personas físicas (como pretende el PSOE, a excepción de las cajas de ahorros) es un error, ya que los fondos de inversión, pensiones, bancos o las propias empresas participadas por las cajas son los mayores contratantes de renta variable. Y si lo que se quiere es potenciar los recursos propios de las cajas hay que ampliar al máximo el abanico de potenciales suscriptores. Lo mismo sucede con el porcentaje que pueda suscribir un cuotapartícipe.
La idea de los expertos es que se pueda limitar la cuantía de cuotas a suscribir por un mismo accionista, pero que esta limitación no sea en importes pequeños, ya que pierde atractivo y dificulta su suscripción por parte de inversores institucionales.
Además, hay que facilitar y fomentar la transmisión de este producto, lo mismo que su transparencia. Conseguir la liquidez de este instrumento también es imprescindible para que sea atractivo. Los analistas mantienen que las cuotas participativas deben poder venderse en el mercado (secundario, o en varios mercados) sin trabas, para que se pueda seguir su cotización evitando volatilidades ilógicas.
Los expertos creen conveniente para que estas emisiones cumplan los objetivos esperados por las cajas una presencia significativa de inversores institucionales
De esta manera, los conocedores de la evolución y diseño de este instrumento en otros países subrayan la necesidad de que las cuotas participativas se asemejen lo más posible a las acciones ordinarias, aunque tengan limitados sus derechos políticos, algo que es compartido por el PP. Pero, a pesar de esta limitación de derechos, tanto el PP como los informes que maneja este grupo político consideran conveniente una cierta representación de los cuotapartícipes en las asambleas de las cajas, es decir, una asistencia con voz, pero sin voto, como dejó claro Vicente Martínez-Pujalte, portavoz de Economía del Grupo Popular en el Congreso.
Además, se estudia que los cuotapartícipes estén protegidos frente a una pérdida de valor de las cuotas.
Participación en beneficios
Una de las partes principales que debe tener en cuenta una caja al lanzar cuotas participativas es el porcentaje del beneficio que se destinará a remunerar las cuotas.
Este porcentaje de los beneficios tendría que guardar relación con la parte que suponen las cuotas del valor de la caja, y su retribución se podría fijar a través de un porcentaje del beneficio de la caja que no fuera inferior al que se establece para la obra social, explican los expertos.
El proceso para su lanzamiento sería parecido al de una oferta pública de suscripción. El problema derivaría del valor contable que se le otorgaría a la caja. Estas entidades, dada su alta rentabilidad, tendrían un valor superior al contable, aunque la normativa actual fija el precio de venta.
Un precedente en Noruega, referencia para los analistas
Uno de los principales referentes para el desarrollo de las cuotas participativas de las cajas españolas, el PP y los analistas siguen siendo los Primary Capital Certificates (PCC) de Noruega.
El interés despertado en el mercado y la utilidad de este instrumento para el crecimiento de las cajas noruegas se ha convertido en un ejemplo esgrimido por el sector cuando se habla de cuotas participativas.
Los PCC noruegos son similares a las cuotas participativas españolas actuales (aunque no explotadas por las cajas). La excepción es que otorgan derecho a elegir un 25% de los miembros de la asamblea de la caja, aunque el resto de los representantes es designado por municipios, Gobiernos locales, empleados y clientes, lo mismo que en España. Una de las características de su buena acogida en los mercados es su gran liquidez.
Uno de los informes que manejan las cajas sobre cuotas participativas es el realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI). Según AFI, que hace referencia en su informe al éxito de los PCC de las cajas noruegas, las ventajas de las cuotas participativas son diversas no sólo para las cajas, sino también para acrecentar y diversificar el mercado de renta variable doméstico.
Entre estas ventajas que destaca AFI están: consolidar un crecimiento más solvente de las cajas, lo que permitirá a estas entidades reaccionar más rápidamente ante estrategias de la competencia, obtener una mejor calificación crediticia, mantener el empleo e incrementar las dotaciones a obra social. Además, proporcionará nuevas posibilidades de fidelización del cliente y somete la gestión de la caja al escrutinio de los mercados financieros.
Manuel Lagares, director general adjunto de la CECA y decano-presidente del Colegio de Economistas de Madrid, manifestó recientemente en una tribuna de la Revista del Colegio de Economistas que las cuotas eran 'una eficiente monitorización de la gestión de las cajas'.