Las grandes compañías aéreas perdieron 11.600 millones el año pasado
Las principales aerolíneas del mundo marcaron en 2001 su récord de pérdidas. Los números rojos alcanzaron 10.000 millones de dólares (11.600 millones de euros), con una caída en el tráfico internacional del 4%, según los datos difundidos por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, según sus siglas en inglés).
Un portavoz del organismo con sede en Ginebra señaló que los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos acentuaron un declive que ya se había notado en el sector por la debilidad económica internacional. Los datos difundidos ayer por IATA no incluyen el tráfico doméstico estadounidense, que se vio paralizado durante varios días a causa de los atentados y que se ha reducido de forma drástica.
El transporte de mercancías, por su parte, ha caído un 8% durante el pasado año.
A la caída de la demanda se ha sumado un incremento de los gastos para las compañías, tanto en el coste de los seguros como en la protección de los pasajeros y aeronaves.
Se trata de la primera caída del mercado aéreo desde la guerra del Golfo.
El pasado 9 de octubre, casi un mes después de los atentados, IATA cifraba las pérdidas en unos 7.000 millones de dólares y estimaba entre 3.000 y 5.000 millones de dólares el déficit en el mercado doméstico estadounidense.
Durante estos meses las compañías han contado con el apoyo de los Gobiernos para salir adelante. En algunos casos las inyecciones de capital han sido la fórmula empleada. Así ha sucedido en Swissair, Sabena y Alitalia, aunque las dos primeras no han podido evitar la quiebra y el posterior relanzamiento a través de compañías de bajo coste.
Ayudas
Pero también los estados han contribuido al mantenimiento de sus aerolíneas con otras fórmulas, como la empleada en España, donde se han respetado los derechos de aterrizaje y despegue de las compañías, aunque no los utilizaran a consecuencia de la reducción de vuelos.
En líneas generales los principales grupos aéreos han reducido frecuencias, han suprimido rutas poco rentables y han aplicado planes de reestructuración.
Iberia, por ejemplo, ha presentado un expediente de regulación de empleo para unos 2.500 trabajadores.
Las escasas compañías que han presentado resultados han visto cómo su balance se teñía de rojo. Las principales compañías estadounidenses arrastran un fuerte déficit y el lunes British Airways señaló que sus pérdidas ascendían a 262 millones en el último trimestre.