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Caso Enron

Un informe desvela que los ejecutivos de Enron inflaron 1.160 millones el beneficio

Hoy se produce la esperada comparecencia ante el Congreso del ex presidente de Enron, Kenneth Lay. Quien fuera conocido por el presidente de EE UU, George Bush, como 'Kenny boy' hablará ante los legisladores de su papel en la mayor quiebra de la historia del país pero mucho de lo que hizo ya lo adelantó ayer una comisión especial de la empresa que ha descubierto que los beneficios se inflaron unos 1.160 millones de euros (193.007 millones de pesetas).

El informe de esta comisión especial, formada por expertos de la propia Enron, concluye que los ejecutivos de la compañía tejana de energía manipularon intencionadamente las cuentas de la empresa de manera que los resultados se vieran incrementados unos 1.000 millones de dólares. Pero no acaban ahí las malas noticias. En las 203 páginas que ocupa la investigación se explica como la ética empresarial quedó apartada mientras iba tomando posiciones el auto enriquecimiento.

El informe responsabiliza a los ejecutivos, al consejo de la empresa y al auditor, Andersen pero según algunas fuentes no llega a señalar ninguna ilegalidad. No obstante, se dice que algunos de los ejecutivos de la empresa se hicieron con unos sobresueldos millonarios que no les correspondían. Entre ellos, el vicepresidente y encargado de finanzas, Andrew Fastow, que fue quien puso en marcha una intrincada red de empresas que nunca figuraron en sus libros de contabilidad y por tanto eran inexistentes para los inversores.

Fastow, ganó 30 millones de dólares y el director general, Michael Kopper se hizo con 11,6 millones de euros.

Lay, uno de los más generosos contribuyentes a las campañas electorales de George Bush, tiene, según el informe conocido ayer una 'significativa responsabilidad' por todas las decisiones que tomaba a la hora de aprobar dudosas transacciones.

Con ser grave, teniendo en cuenta que la empresa entró en suspensión de pagos el día 2 de diciembre, 'el enriquecimiento personal de algunos empleados de Enron, es apenas un aspecto de problemas más serios y profundos' asegura el informe. Según esta investigación las sociedades Chewco, LJM1 y LJM2 se usaron de forma que apenas tenían que ver con aspectos comerciales. Las transacciones que se llevaban a cabo con ellas, esconder deuda y compensar las pérdidas para evitar números rojos en sus libros auditados, se pusieron en marcha 'inapropiadamente'.

El informe responsabiliza a Andersen y al bufete de Enron,Vinson & Elkins de lo ocurrido. 'Tenían que haber saltado todas las alarmas pero desafortunadamente parece que no fue así'. Un portavoz de Andersen quitó importancia al informe al decir que lo había hecho gente contratada por Enron, por tanto no independiente, y señaló que no les habían consultado en la elaboración del mismo.

Cuantas más sorpresas desagradables salen de este aparente saco sin fondo, más se complica la situación de la Casa Blanca. El Gobierno, que elaboró la nueva regulación del sector eléctrico tras varias reuniones con los ejecutivos de Enron, no quiere hacer públicos los documentos de estas reuniones entre el vicepresidente Richard Cheney y Lay.

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