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El Congreso reclama por vía judicial a la Casa Blanca actas del 'caso Enron'

El órgano investigador del Congreso, la Oficina General de Contabilidad (GAO, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos, ha decidido no esperar más y reclamar por vía judicial a la Casa Blanca que entregue las actas de las reuniones mantenidas con Enron en 2001, que el vicepresidente Cheney negó a los congresistas demócratas. La decisión abre un conflicto serio entre poderes, ya que es la primera vez que una reclamación del GAO al Poder Ejecutivo se hace por vía judicial.

El organismo interventor del Congreso ha decidido no esperar al fin de semana para cumplir su amenaza contra el vicepresidente Cheney visto el apoyo que Bush le ha brindado en los últimos días. Con su demanda ante la justicia, la primera en sus 80 años de historia, la GAO, una oficina independiente de los partidos, intenta acceder a las actas de las reuniones que el vicepresidente mantuvo con representantes de la industria de la energía, mayoritariamente con ejecutivos de Enron, para estudiar la nueva regulación eléctrica.

Ayer, a primera hora de la mañana, la GAO se reunió con algunos congresistas para comentarles esta decisión. En un comunicado oficial, la intervención del Congreso señala que dará los pasos necesarios por vía judicial para 'conseguir la información' reclamada, básicamente los contactos con compañías energéticas de expertos de la Casa Blanca.

Los republicanos no dejan de repetir las razones en contra de las peticiones de la GAO que ya han sido esgrimidas por Cheney y Bush: la confidencialidad de las consultas, que si se rompe puede impedir que los actores de un determinado sector planteen sus puntos de vista ante cualquier propuesta de la Administración. 'Es necesario preservar el principio de que haya gente que se presente a hablar con nosotros sin el temor de aparecer al día siguiente en la prensa', dijo Bush el martes.

La petición de estos documentos coincide ahora con la caída de Enron, pero el jefe de la GAO, David Walker, comenzó a solicitar estas actas en primavera, cuando aún se estaba en una fase inicial de las conversaciones, y a requerimiento de los demócratas Henry Waxman y John Dingell. Entonces el que ahora se conoce como caso Enron ni siquiera se intuía y la queja era que entre los expertos a los que se pedía consejo no constaba ninguna organización de defensa del medio ambiente.

Repercusiones

La caída del gigante eléctrico confiere a estos documentos otra dimensión política, ya que en repetidas ocasiones se ha criticado que la política del gobierno en este sector se hiciera al dictado de Enron, un influyente donante de las campañas de Bush, que solicitó la suspensión de pagos el 2 de diciembre de 2001.

Y si las repercusiones políticas de la debacle de Enron toman forma, las financieras no se están tomando mucho más tiempo. Ayer fuentes cercanas al Bank of America aseguraron que la entidad había despedido a dos empleados encargados de la relación del banco con Enron y que le han causado pérdidas de 231 millones de dólares (265,6 millones de euros).

La tercera entidad bancaria estadounidense es la primera que ha despedido a personal por la gestión de su cartera con Enron, pero según los analistas no será la única. Además, estas firmas están siendo obligadas por las comisiones parlamentarias que investigan el caso a poner a su disposición la documentación relacionada con Enron.

El Congreso quiere saber quiénes ayudaron financieramente a la empresa de Tejas a formar la cadena de empresas en la sombra que escondía sus pérdidas.

El martes se conoció que el banco de negocios Merrill Lynch, que ayudó a captar dinero para la puesta en marcha de una de estas sociedades, LJM2, animó a algunos de sus ejecutivos a invertir en esta empresa. Ayer The Wall Street Journal señalaba que 100 ejecutivos de la entidad invirtieron un total de 16 millones de dólares (18,4 millones) en la filial de Enron.

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